jueves, 27 de julio de 2017

Islandia III: Fiordos del Oeste, penísula de Snaefellsnes y Reikiavik

Jueves 27 Julio: Hoy intentaríamos ver focas en la península de Vatnsnes. Para ello, se puede ir primero al pueblo de Hvammstangi, donde se encuentra el Seal Center. Allí puedes obtener información útil para el avistamiento de focas, pero también puedes encontrar la información en Internet. La mejor hora para ver focas son las 2 horas antes y las 2 horas posteriores a la subida de la marea (existen webs que te dan ese dato) y en esta península hay 3 colonias de focas: Svalbarð, Illugastaðir, and Hvítserkur. La primera se encuentra a los 20 kilométros de Hvammstangi. El siguiente punto está pocos kilométros más. Hay que estar atento a la señal turística de que hay focas para saber el punto donde dejar el coche. Desde donde dejas el coche hay que dar un pequeño paseo por la playa y allí las podrás ver. Nosotros hicimos los dos primeros puntos, el tercero ya suponía mucho desvío y ya llegaríamos demasiado tarde y seguramente no habría focas (durante el resto de horas están cazando). Si hay que elegir un punto me quedaría con Illugastaðir pues está mejor acondicionado (hay una caseta donde aparte de poder refugiarte del frío viento tienes prismáticos).
Focas en la península de Vatnsnes
Focas en la península de Vatnsnes
Con esto ya nos podríamos rumbo a los Fiordos del Oeste, haciendo una pequeñísima parada en el pequeño asentamiento de Borðeyri, donde destaca la casa Riis, de principios de 1900.

Seguimos nuestro camino hacia Hólmavík. Es un bonito pueblo donde llama la atención el Museo de la Brujería. Es un pequeño museo donde te dan un librito en tu idioma explicando los diferentes puntos. El guión es fruto de los mejores guionistas, nosotros nos lo pasamos muy bien leyéndolo pero no hay que tomárselo como un museo donde ir a aprender. Se toman el tema de la brujería a cachondeo, pero con sarcasmo y ahí está su gracia.
Museo de la Brujería
Tras esta visita seguiríamos por los Fiordos del Oeste hasta llegar a  Bolungarvík. A las afueras de este pueblo se encuentra la montaña Bolafjall en cuya cima se encuentra instalado un complejo de antenas. Desde allí, si el día está despejado, se tienen buenas vistas. Eso sí, la carretera es de mucho cuidado y en días ventosos da especial vértigo.
Antes de ir al camping daríamos una vuelta por Ísafjörður y por su puerto.
Bolungarvík
Viernes 28 Julio: Hoy empezaría el día con una asombrosa cascada, Dynjandi y sus hermanas menores. En un corto ascenso que empieza justo en el parking se van pasando por varias pequeñas cascadas (todas con nombre) hasta llegar a la más espectacular, Dynjandi
Dynjandi
De ahí, y tras un picnic en la zona del parking (está muy bien acondicionado) nos pusimos rumbo a Látrabjarg. El camino final es de grava pero es un camino bastante espectacular, pasando por bonitas playas.
 
Camino de Látrabjarg

Látrabjarg es un cabo formado por altos acantilados que albergan a millones de aves marinas, entre ellas, los famosos frailecillos. Estos se pueden observar a una distancia de centrímetros, pero hay que tener cuidado pues los bordes del alcantilado pueden ser inestables y el fuerte viento reinante no ayuda. La mejor forma de verlos y fotografiarlos es hacerlo tumbado en el suelo.

Aunque los frailecillos se pueden ver al poco de empezar el ascenso, es recomendable seguir un rato el camino del acantilado para ver otras aves y disfrutar de las bonitas formas de los acantilados.
Frailecillo en Látrabjarg
Frailecillo en Látrabjarg

Frailecillo en Látrabjarg
Relativamente cerca de Látrabjarg se encuentran dos playas, Rauðisandur Beach y Keflavik. Nosotros accedimos a esta segunda pues dispone de un buen parking y el camino es más corto, aunque para llegar a la playa propiamente dicha nos tuvimos que quitar los zapatos y remangar los pantalones. Pero merece la pena, pisar esa arena rojiza y disfrutar de su enclave, y aunque sea mojarse los pies en sus frías aguas.
Playa de Keflavik
El camping está muy cerca de la playa de Rauðisandur, y allí cenamos con vistas a la playa (el mar queda algo retirado). 

Sábado 29 Julio: Hoy iríamos camino de la penísula Snaefellsnes. Para ello, tuvimos que conducir aproximadamente una hora para coger el ferry de Brjánslækur. Llévabamos ya reservados los sitios desde Madrid pero aún así hay que llegar con algo de tiempo de antelación para canjear por los tickets. El conductor pasará sólo y el resto de viajeros a pie.
A las 12:05 saldría el ferry. El camino no está mal, se pasan por muchas islas y se hace un alto para recoger y dejar pasajeros en la isla de Flatey, la única habitada. Llegando a ella se tiene una bonita foto de sus casas antiguas.
Flatey
Tras unas dos horas y media el ferry llegaría a la penísula de Snaefellsnes, concretamente al pueblo de Stykkishólmur. Es un bonito y turístico pueblo, el cuál paseamos durante unos minutos.
Stykkishólmur
Tras lo cual, volveríamos al coche camino de Berserkjahraun. Se trata de un campo de lava al que se llega tomando un desvío a un camino a mano izquierda, pero se puede ver perfectamente a lo largo de la carretera.
Campo de lava visto desde la carretera
Campo de lava visto desde la carretera
Seguiríamos visitando esta península hasta llegar al pueblo de Grundarfjörður. El pueblo en sí no es muy conocido pero su montaña Kirkjufell y su cascada sí lo son. Nos enteramos que es una de las montañas más fotografiadas del mundo.

El pueblo es curioso el último fin de semana de Julio (coincidimos de casualidad) pues se divide en cuatro zonas de colores y cada casa se adorna con objetos del color al que pertenece.
Grundarfjörður
Tras pasear un rato el pueblo, nos dirigimos al parking que hay habilitado para ver la montaña y la cascada. Hay dos parkings, uno al lado de la cascada y otro al lado de la montaña. Como no había sitio en el primero, nos fuimos al de la montaña. La distancia entre ambos es de unos 150 metros.

La montaña se puede bordear y también subir. Nosotros únicamente nos limitamos a hacerle algunas fotos y nos dirigimos a la cascada. La foto desde la cascada con la montaña al fondo merece la pena.
Kirkjufell y Kirkjufellfoss
El día ya no daba para más, hoy dormiríamos a las puertas del Parque Nacional de Snaefellsjoekull, que visitaríamos al día siguiente.
Domingo 30 Julio: Hoy visitaríamos en primer lugar el bonito Parque Nacional de Snaefellsjoekull. Tras dejar la carretera principal se sigue por una pequeña carretera (al principio asfaltada, luego de grava), en ella se puede hacer un pequeño alto para visitar una pequeña cala donde se encontraron restos de una tumba vikinga. Siguiendo hacia el extremo noroeste se encuentra un desvío donde a mano izquierda se va hacia el faro de Svortuloft. Nosotros optamos por ir primero hacia la derecha donde la carretera terminará en otro faro y desde allí sale un pequeño sendero donde se pueden visitar algunas ruinas.
Parada camino de los faros
Tras este pequeño desvío ya sí nos dirigimos al faro de Svortuloft, situado en un bonito enclave.
 
Svortuloft

Continuaríamos dentro del parque camino de la playa Djúpalónssandur. Es una bonita playa de guijarros de diversas tonalidades de negro. En ella existen varios atractivos. El primero lo vamos a ir viendo durante la carretera, que no es otro que el famoso volcán que inspiró a Julio Verne la novela de Viaje al centro de la Tierra. El siguiente, ya en la propia playa, son las bonitas formaciones de rocas.
Formaciones de lava llegando a la playa
Restos del naufragio con el volcán al fondo
En esta playa se puede encontrar los restos de un naufragio, y una serie de piedras con distintos pesos (154, 100, 54 y 23 kilos) que se usaban antiguamente para determinar si alguien podía ser marinero (al menos tenía que poder levantar la de 54 kilos).

Existen varios trekkings partiendo de la zona, nosotros hicimos el camino de 1 kilómetro que sale desde la propia playa a mano derecha hacia Drítvik.
A continuación haríamos una visita guiada a una cueva de lava, llamada Vatnshellir Cave. Las visitas son cada hora y la entrada ronda los 25 euros por persona. Es algo curioso pero no imprescindible por el precio que se paga. Se visitan tres salas naturales que la lava formó hace varios miles de años. El camino se hace totalmente a oscuras únicamente iluminado con las linternas que proporcionan a cada uno. Durante la visita, el guía intenta amenizar el rato contando historias, algunas reales y otras con la mera intención de entretener.
Escalera de descenso a la cueva
Esta sería nuestra última parada dentro del parque nacional, pero siguiendo en la península llevaríamos el coche hasta el pueblo de Arnastapi. Existe un bonito recorrido entre este pueblo y su vecino Hellnar. En este camino se ven bonitos acantilados, formaciones basálticas y al final del camino, una impresionante cueva rodeada de formaciones de lava y cantos rodados.También es curiosa la estatua de Bardur Snaefellsas realizada por Ragnar Kjartansso.
Camino de Arnastapi a Hellnar
Camino de Arnastapi a Hellnar
Cueva en Hellnar

Detalle cerca de la cueva de Hellnar
Una vez de vuelta al coche haríamos un pequeño alto en la Iglesia de Budhir, dessde la que salen diversos paseos. Nostros únicamente nos acercamos a la playa y regresamos al coche. 

El siguiente y último destino del día, Ytri Tunga Beach, fue una auténtica sorpresa. Sabíamos que podía haber focas en la playa, pero como ya habíamos visto pues tampoco íbamos con mucha expectativa. El caso es que llegamos en una de las mejores horas pues la marea estaba muy baja y uno se podía acercar bastante a ver las focas (respetar siempre cierta distancia para no molestarlas).
Ytri Tunga Beach
Ytri Tunga Beach
Hoy nos tocaría una noche super ventosa en el camping.
Lunes 31 Julio: Hoy visitaríamos el cráter de Grábrók. Se encuentra en una zona donde están tres pequeños cráteres. Uno de ellos es casi imperceptible y el otro se ve desde el camino que permite bordear Grábók. Se trata de una visita rápida.
Cráter Grábók
De allí, nos dirigimos a una de las cascadas que personalmente más me han gustado. Se trata de Hraunfossar, que signifca caída de lava. Se trata de una serie de cascadas anidadas a lo largo del cauce del río. El agua de las cascada no llega en un río en superficio, sino que se viene filtrando por el interior del campo de lava y emerge a distintas alturas en la pared. Esto la convierte en una cascada bastante única.
Hraunfossar
Hraunfossar
Poco más arriba del sendero se encuentra otra cascada, Barnafossar. 

Muy cerca de estas cascadas se encuentra un pequeño pueblo, Reykholt. En este pueblo se puede visitar la pequeña piscina de Snorralaug (no se permite el baño) y dos curiosas iglesias. 

Y muy cerca del pueblo se encuentra Deildartunguhver, donde se puede hacer un alto rápido en el camino para visitar el hot spring más poderoso de Europa.

Las siguientes visitas planificadas del día serían dos ciudades. La primera de ellas fue Borgarnes, donde encontramos una tienda para poder comprar cervezas a precio razonable (como en otros países la venta de bebidas alcohólicas está separada en tiendas especializadas, lo que en España llamamos "una tienda de licores" y son el único sitio con variedad y precios razonables). La siguiente ciudad sería Akranes. En ella destaca la zona del puerto con sus dos faros, el de mayor tamaño que se sigue usando en la actualidad se puede visitar por dentro. Además en su interior se puede ver una exhibición de fotografía.

El día terminaría con un divertidísimo trekking hacia la cascada más alta del país, Glymur. El camino son unos 4 kilométros de ida y otros tantos de vuelta y existen varios puntos interesantes en el camino. Nosotros optamos por ir únicamente hasta el punto 5, que es el segundo mirador hacia la cascada (el 6 ya es la propia cascada). Durante el camino se atraviesa una cueva, se atraviesa el río pisando sobre un tronco (existe una cuerda para ayudarte a hacerlo, no es difícil) y luego comienza el ascenso (en algunos puntos existen cadenas para ayudar a la subida). Muy recomendable todo el recorrido.
Glymur desde el segundo mirador
Martes 1 Agosto: Estábamos a una hora más o menos de la capital, así que con tiempo de antelación nos dirigimos a Reikiavik, donde habíamos pactado la devolución de la camper a las 11. Pocos minutos antes nos dicen que no van a poder estar a tiempo y que dejemos el coche en la calle con las llaves dentro. A pesar de nuestra enorme sorpresa (en Madrid no me atrevería a eso en la vida), así procedimos.

Cogimos nuestro equipaje y fuimos a unos lockers cercanos. Y ya liberados de obligaciones, nos dispusimos a visitar la ciudad. Nos gustó bastante la capital, con muchos rincones llenos de arte urbano y con mucha vida. 
Arte urbano
Arte urbano
Aprovechamos para comprar algunos souvenirs y para tomar alguna cerveza. Recomendamos dos bares con cerveza propia, el Kaldi y el Skúli. También en la capital se encuentra el puesto de perritos calientes que presumen de ser los mejores del mundo. Se llaman Bæjarins Beztu Pylsur. El caso es que suele haber un poco de cola para conseguirlos. Están buenos (pero son perritos, tampoco se puede esperar un gran manjar) y el caso es que, según pudimos comprobar más adelante, sus precios son de lo más competitivos.

Lo más conocido de la ciudad es la curiosa iglesia de Hallgrímskirkja, que es un edificio interesante por fuera (por dentro no mucho). Otra iglesia que se puede ver en la ciudad es Basílica de Cristo Rey, que es la catedral católica de toda Islandia. 
Hallgrímskirkja
En general, recomendamos pasear la ciudad, en especial el parque Hljómskálagarður. 
Escultura cerca del parque Hljómskálagarður
Tras una buena cena, y recoger nuestras mochilas de las taquillas, nos dirimos hacia la plaza Austurvollur, donde a eso de las 21:30 ya tomaríamos el autobús camino del aeropuerto donde nuestro vuelo saldría a primera hora de la madrugada llegando un poco antes de lo previsto a Madrid.