viernes, 4 de noviembre de 2016

Grecia

Viernes 4 Noviembre: Hoy empezaba un rápido y casi improvisado viaje a Grecia. Serían pocos días los que teníamos para disfrutar este país con tanta historia, pero los supimos aprovechar y disfrutar. Nada más terminar de trabajar nos marchábamos al aeropuerto para tomar el vuelo rumbo a Atenas. 

Llegaríamos a las 21:20 de la noche y aunque nos dimos prisa, perdimos el metro que va a la ciudad y que sale cada media hora. El precio son de 10 euros por persona, o 18 si sois dos. Así que nos tocó esperar hasta el metro de las 22. El metro tarda unos 45 minutos en llegar a la Plaza de Sintagma. Desde allí, nuestro apartamento estaba a unos 10 minutos andando. Hicimos el check-in en el apartamento, el cual nos obsequió con fruta y una botella de vino blanco. Y tras un rápido acomodo, nos dispusimos a dar un paseo por Atenas. 

Iríamos dirección a la colina de la Acrópolis, desde donde se puede ver el monumento iluminado. Daríamos un breve paseo por el barrio de Placa; y, aunque ya era un poco tarde, todavía quedaba bastante ambiente por sus calles.  

Acrópolis

Acrópolis
Con este pequeño aperitivo de la ciudad, nos fuimos a un pub a tomar un par de buenas cervezas y quizá un pelín tarde nos fuimos ya a descansar. 

Sábado 5 Noviembre: Hoy no madrugaríamos como solemos hacer en nuestros viajes, dado que ayer nos acostamos tarde. Así que sobre las 10 de la mañana empezamos a hacer turismo.

Nos fuimos directos al Acrópolis, donde compraríamos el billete combinado (los domingos es gratis pero no nos cuadraba en nuestro recorrido).

Empezaríamos la vista ascendiendo hasta llegar al Odeón de Herodes Ático

Odeón de Herodes Ático
Siguiendo el ascenso, nos encontraríamos con la entrada propiamente dicha al acrópolis, llamada Propileos

Propileos
Atravesando los propileos, se puede ver a mano derecha el Templo de Atenea Niké. Y justo enfrente se erige el famoso Partenón y en lateral izquierdo del mismo, podemos ver el Erecteion, edificio conocido sobre todo por sus cariátides.

Partenón

Erecteion

Templo de Atenea
Tras recorrer toda la acrópolis, nos subimos a la Colina de Filopapos, donde se puede tener una panorámica muy bonita tanto de la acrópolis como del Ágora Antigua, que sería nuestro siguiente destino. 

Acrópolis desde la colina de Filopapos

Ágora antigua desde la colina de Filopapos
En el ágora antigua destacan varios edificios, como la Iglesia de los Santos Apóstoles, una bonita iglesia bizantina. 

Iglesia de los Santos Apóstoles
Del ágora no queda mucho en pie, pero sí se puede ver el Templo de Hefesto, uno de los templos mejor conservados de la antigüedad

Templo de Hefesto

Ágora Antigua
Y, también llama poderosamente la atención el edificio completamente restaurado de la Estoa de Átalo, que actualmente acoge el Museo del Ágora antigua.

Tras el Ágora Antigua nos dirigimos hacia el Kerameikos, el cementerio antiguo. Se puede recorrer para ver dónde estaban las antiguas lápidas, estando las originales en el propio museo del Kerameikos, que también se puede visitar.

Lápida en Kerameikos
Y antes de comer nos quedaba por visitar la Biblioteca de Adriano, de la que destacan las columnas a la entrada y el Ágora Romana, donde sin duda lo mejor conservado es la Torre de los Vientos. 

Biblioteca de Adriano

Torre de los vientos en el Ágora Romana
Con estas dos visitas y ya con bastante hambre, nos "atrevimos" a comer en el típico sitio turístico. Estaba al lado del Ágora Romana y se podía disfrutar de vistas al mismo y a la Acrópolis. Viendo la carta no nos pareció caro y al final comimos bastante bien.

Al terminar de comer, ya sabíamos que no estábamos a tiempo de visitar el Templo de Zeus, pero lo principal se ve desde la puerta. Así se puede ver el Arco de Adriano (fuera del propio recinto) y las columnas del Templo. 

Templo de Zeus
Y de ahí, nos dirigiríamos al Estadio Panatenaico, el lugar en el que se celebraron los primeros Juegos Olímpicos de nuestra era, en 1896. Con la entrada se incluye una audioguía en muchos idiomas, con explicaciones muy interesantes. Se puede ver desde fuera (sin pagar entrada) aunque hay pequeños detalles que se pierden, como las vistas a la Acrópolis, la visita al túnel y las explicaciones.

Estadio Panatenaico
Terminada esta parte de la historia de Atenas, decidimos visitar alguna iglesia bizantina, así visitamos la Catedral de Atenas (que se puede visitar por dentro) y junto a ésta, una más pequeña, la Iglesia de Panagia Gorgoepikoos. Otra bonita iglesia que se puede visitar en Atenas es la Iglesia de Kapnikarea.

Tras varias iglesias visitadas nos fuimos a cenar y ya a descansar. 

Domingo 6 Noviembre: Hoy iríamos a la oficina de Avis/Budget donde habíamos alquilado nuestro coche. Teníamos ya pagado el alquiler y allí optamos por mejorar las coberturas. Nos tocó un C1 nuevecito y de color Coral, desde luego no dejaba indiferente.

Nuestro primer destino sería el Monasterio de Osiou Louka, que está a algo más de 2 horas de camino. Este día la entrada era gratuita.

El monasterio bizantino está dedicado a San Lucas, un ermitaño griego. Nada más entrar existe un pequeño museo. Pero el edificio más imponente es, sin duda, la iglesia conocida como Katholikon, que se conecta desde el interior con otra de menor tamaño conocida como Theotokos

Dentro de la iglesia llaman la atención los frescos y mosaicos. Bajo el Katholikon se encuentra la cripta donde está enterrado San Lucas.

Además el monasterio se encuentra en un enclave inmejorable, rodeado de olivos.

Monasterio de Hosios Loukas

Monasterio de Hosios Loukas

Frescos en la Iglesia de Katholikon
Con este buen sabor de boca, decidimos parar en Distomo, uno de los pueblos por los que pasamos a la ida y que parecía que iba a tener oferta. Vimos un restaurante que, a pesar de estar vacío, se anunciaba como restaurante de comida griega y no nos arrepentimos. Justo ya cuando estábamos con el café llegó un autobús de peregrinos, así que pagamos rápidamente antes de que los camareros se vieran desbordados y retomamos nuestro camino.
  
Nuestro siguiente destino planificado era ir a Delfos. A mitad de camino, nos encontramos con un pueblo que nos llamó mucho la atención desde la carretera. El pueblo nos enteramos que se llamaba Arachova. El pueblo se encuentra a los pies del Monte Parnasso y es muy turístico por tener una estación de esquí. Lo que nos hizo parar para ir a echar un vistazo fue la llamada Ora's Rock. Al principio pensábamos que el acceso estaba dentro del museo etnográfico así que dimos un paseo por las calles y nos topamos con la Iglesia de Agios Georgios. Luego ya camino del coche, vimos que para acceder a la torre no hacía falta entrar en el museo si no que bastaba con bordearlo y allí estaba. Desde allí se tienen unas preciosas vistas del paisaje y el pueblo.
Ora's Rock

Vistas desde la Ora's Rock
Tras unas cuantas fotos, nos dirigimos ya finalmente hacia Delfos. Ya muy cerca de la ciudad empiezan los restos arqueológicos. Lo primero que nos encontramos fue con el Tholos de Atenea Pronaia. Primero hicimos alguna foto desde arriba para posteriormente bajar a las propias ruinas. 

Tholos de Atenea Pronaia
Como estábamos muy cerca de la hora de cierre del museo, decidimos pasar de largo las ruinas del Gymnasium e ir directos al museo, pero aunque eran las 15:40 no pudimos entrar ni al museo ni al Templo de Apolo. Así que decidimos cambiar los planes y madrugar al día siguiente para ver ambas a primera hora. 

Tras eso, echamos un ojo al Gymansium, del cuál no queda mucho en pie. 

Teníamos toda la tarde por delante, así que tras hacer el checkin en nuestro hotel, que era el Hotel Orfeas (y disfrutar un poco de las preciosas vistas que se tenían desde la terraza de la habitación), nos dimos un paseo por el pueblo, compramos algo de comida y algún souvenir y nos fuimos a cenar temprano. 

Atardecer en Delfos
Lunes 7 Noviembre: Tras desayunar a la primera hora disponible en el hotel nos fuimos directos a intentar comprar la entrada en el museo, pero el museo abre media hora más tarde que la parte arqueológica, así que fuimos primero a visitar los restos, conocidos como el Templo de Apolo. Lo más destacable es ver la ubicación del famoso Ónfalos de Zeus (el ombligo del mundo, cuyo original restaurado está en el museo), el edificio de la tesorería, el teatro, el estadio y cómo no, el templo en sí. Además, el enclave de los restos no podía ser más bonito.

Tesorería en el Templo de Apolo

Templo de Apolo
Estadio en el Templo de Apolo
Tras la visita, nos encaminamos al museo donde ¡por fin! conseguimos visitarlo. Es un museo pequeño, pero interesante. Su pieza más valiosa es El auriga de Delfos. 

Ya rondando las 10 de la mañana, nos pusimos rumbo a Olimpia. Nos quedaban por delante casi 3 horas y media de coche. El viaje en sí tiene encanto porque se va bordeando el mar y se atraviesan varios campos de olivos.

Alrededor de la 13:30 llegamos al parking del sitio y fuimos directamente a visitar la parte arqueológica.

No queda mucho en pie, pero es interesante aprender de cómo estaba distribuida la antigua olimpia y para qué servía cada edificio. Además, se puede visitar el sitio donde cada cuatro años se enciende la llama olímpica para comenzar su recorrido hasta la ciudad organizadora de los JJOO.

Olimpia, lugar donde se enciende la llama olímpica

Olimpia

Estadio en Olimpia

El museo es igualmente interesante donde se pueden visitar las diferentes esculturas que quedaban en pie, algunas bastante bien conservadas. Su pieza más valiosa es el Hermes.

Tras la visita de ambos sitios nos dimos un paseo por la ciudad para decidir donde comer. Existe una gran oferta de restauración, así que nos decantamos por uno que ofrecía comida griega y estaba bien de precio. 

Tras comer estupendamente, nos volvimos al coche porque otra vez tocaba bastante carretera hasta llegar a Argos, donde haríamos noche en el Hotel Mycenae. 

Tras aparcar, que nos costó un poco, hicimos el checkin y nos bajamos a visitar la iglesia de la plaza que estaba todavía abierta y a conocer la plaza en sí, pues es francamente agradable.  

Luego subimos nuevamente al hotel para hacer el checkin online del vuelo de vuelta, y decidir dónde cenaríamos. Buscando por Internet decidimos ir a un sitio griego/italiano que estaba en la misma plaza.

Como el hotel tenía frigorífico y teníamos todavía el vino blanco que nos regalaron en Atenas, estuvimos disfrutando de la maravillosa noche en la terraza de la habitación, disfrutando las vistas y el vino.  

Martes 8 Noviembre: Nuestra primera parada del día sería ir al sitio arqueológico de Micenas.  Esta visita ha sido una de las que más me ha gustado porque realmente pensaba que iba a ver cosas parecidas al día de ayer, pero no. Se pueden visitar tumbas reales y círculos de tumbas. Además el recinto amurallado está en bastante buen estado de conservación, especialmente la Puerta de los Leones.


Círculo de tumbas en Micenas
Tumba en Micenas

Puerta de los leones
La entrada incluye la visita al sitio arqueológico, al museo y también a la Tesorería de Atreus.

Tras visitar las tres partes nos ponemos en camino a Epidauro, a una hora y algo de coche. Al principio, nos costó localizar el sitio porque el navegador nos llevó al Antiguo Epidauro donde también se puede visitar un teatro.

Lo más destacado de Epidauro es, sin lugar a dudas, el maravilloso e impresionante teatro. Del resto del recinto, queda poco en pie pero aún así es agradable recorrerlo.

Teatro en Epidauro


Epidauro
Tras terminar la visita ya teníamos hambre, pero el restaurante más cercano estaba cerrado, así que nos compramos un par de perritos (a precio de oro, el único sitio con precios inflados para turistas que nos topamos en todo el viaje) y con eso aguantaríamos.

Camino de nuestro último destino, nos topamos con un pequeño monasterio, el Monasterio de Koimesis, así que decimos echarle un ojo. Realmente era impresionante, aunque no dejaran hacer fotos y una mujer con algo parecido a un burka me hiciera taparme por llevar pantalón corto.
Finalmente llegaríamos a Corinto, ya sabiendo que no podríamos ver la parte arqueológica por la hora. Aún así, se puede ver bastante desde fuera tanto del Templo de Corinto, como de un odeón romano.

Templo de Apolo en Corinto

Templo de Apolo en Corinto
Tras unas cuantas fotos, nos encontramos con dos rusas que nos preguntaron si íbamos a ir a Akrokorinto. Al principio le dijimos que no, pero luego pensamos que lo mismo tenía algo interesante, así que optamos por subir con ellas en el coche. Al llegar, nos encontramos con un impresionante castillo medieval, que se podía visitar pero ya estaba cerrado. De todas formas, tanto el castillo por fuera como las vistas desde arriba merecían mucho la pena haberse acercado.
Akorkorinto

Akrokorinto
Allí dejamos a las rusas que prefirieron quedarse haciéndose más fotos y nosotros volvimos al sitio arqueológico para hacer alguna foto más y de ahí, queríamos ir a visitar el Canal de Corinto antes de que cayera el sol. No teníamos muy claro desde dónde podríamos visitarlo, así que primero intentamos acercarnos a uno de los extremos. Allí no se tiene la vista más estrecha del canal, pero fue curioso poder cruzar el canal con el coche. Finalmente dimos con el puente intermedio desde donde se puede aparcar y hacer fotos al canal, porque existe paso peatonal. 

Canal de Corinto
Y con esta última visita, fuimos al hotel y a cenar. Tras cenar, quisimos comprar algo de fruta y nos topamos con el frutero más majo que nos regaló las tres mandarinas que queríamos comprar y encima nos dio otras tres más, a pesar de que le insistimos de que nos cobrara todo.

Tras un poco de paseo por la ciudad (que no tiene nada especial) nos fuimos a terminar la botella de vino tinto que nos había sobrado de la cena en Delfos desde la terraza de la habitación.

Miércoles 9 Noviembre: Este día estaría básicamente dedicado a emprender el camino a casa. Teníamos que ir a devolver el coche a las 10 de la mañana en el aeropuerto, lo cuál era poco más de una hora de camino desde Corinto. Tras comprobar que todo estaba correcto, nos encaminamos a Salidas del aeropuerto. Como íbamos bien de tiempo, dimos primero un paseo por el aeropuerto antes de pasar la seguridad. En el aeropuerto hay una pequeña exposición sobre los hallazgos arqueológicos que se han encontrado por la zona.

Tras visitar la exposición y las tiendas de la terminal buscando algún souvenir de última hora, ya pasamos a la zona de embarque. Es una zona bastante aburrida sin nada que hacer. 

Una vez embarcados puntualmente, llegaríamos unas 3 horas después al aeropuerto de Madrid a primera hora de la tarde.