viernes, 29 de mayo de 2015

Polonia

29 de Mayo: Volábamos con Ryanair rumbo a Varsovia a las 16:30 de la tarde y llegaríamos a Varsovia Modlin sobre las 20:00 de la tarde. Teníamos ya comprado el traslado a la ciudad con ModlinBus. El autobús tarda unos 45 minutos en llegar al centro de Varsovia, en concreto, al Palacio de la Cultura. Desde allí, nos quedaban unos 20 minutos de paseo hasta llegar a nuestro apartamento, el Apartamenty Varsovie Copernicus. El apartamento estaba bastante bien, a unos 15 minutos de la ciudad vieja, pero barato, limpio y cómodo.

Nada más llegar y dejar nuestras cosas en el apartamento, nos fuimos a cenar. Ya en el camino hacia el apartamento vimos el buen ambiente que respiraba la ciudad, muchísima gente por la calle y las terrazas de los bares y restaurantes llenos de gente.

El restaurante elegido fue el Zapiecek. Es una cadena de restaurantes con comida típica polaca, ahí ya probamos nuestros primeros pierogi, buenísimos. Además, está bastante bien de precio.


Pirogi

Tras la cena, unas compras en un Carrefour Express que abre 24 horas y un pequeño paseo por la zona y ya nos retiramos a descansar que nos quedaba mucho por hacer en este viaje.

30 de Mayo: Tras un buen desayuno en una tienda-cafetería cercana al apartamento nos acercamos un momento a la zona del río Vístula (o Wisła en polaco) a ver qué tal estaba. Lo más destacado era una escultura de una sirena, símbolo de Varsovia.

Tras eso, ya nos metimos en la zona más turística, la plaza Zamkowy, donde se encuentra la Columna de Segismundo y el Castillo Real. La plaza está siempre llena de turistas y respira mucha vida, con sus casas de colores muy bonitas. 

Plaza Zamkowy

Nuestra primera parada fue el Castillo, donde destaca el Salón de Baile, la Sala de los Senadores y la Sala Canaletto, aunque todas las estancias merecen la pena.

Tras la vista al interior del castillo, nos asomamos al Palacio Pod Placja, que tiene el tejado de hojalata más antiguo de la ciudad. Tras un vistazo a ver cómo era, nos encaminamos al otro plato fuerte que es la Catedral de San Juan. Muy cerca de la catedral, se encuentra la pequeña Iglesia de los Jesuitas.

El siguiente destino sería la Plaza Vieja del Mercado. En esta plaza es famosa la escultura de una sirena en el centro de la misma. Con el buen tiempo, está llena de terrazas y artistas que expone sus pinturas, realmente una plaza muy agradable. 

Plaza Vieja del Mercado
Siguiendo con nuestro recorrido, nos encontramos con los restos de las murallas medievales y la Barbacana

 
Barbacana

Tras la barbacana entramos en la ciudad nueva, llamada así únicamente por ser más nueva que la vieja. Nada más entrar nos encontramos con la Iglesia del Espíritu Santo. Estaba cerrada pero lo bueno es que, aunque no se encuentren abiertas las Iglesias, normalmente en Polonia sí dejan verla a través de la reja, por lo que te puedes hacer una buena idea de su interior.

Ya con hambre, nos paramos en un restaurante muy cerca de la Iglesia, donde degustamos una serie de entrantes polacos, pato y dos cervezas. Todo a un precio muy asequible.

Y otra vez en marcha, justo enfrente de la terraza donde habíamos comido se encuentra la Iglesia de San Jacek. Rumbo a la Plaza Nueva del Mercado, se pasa por el Museo de Marie Curie, nosotros no entramos pero es curiosa la fachada del edificio. 

Museo Marie Curie


En la plaza se encuentra la Iglesia de San Kazimierz. Y con eso llegamos a nuestro destino más al Norte de este día, que sería la Iglesia de la Visitación de la Virgen María, donde además existe un bonito mirador.

En nuestro camino de vuelta, entramos por una de los cuatro accesos a las Galerías Subterráneas, donde existe además un pequeño museo. Quizá es mejor entrar por otro acceso, en dónde se pueda ver mayor superficie de galería conservada. De camino de la Plaza Vieja, hicimos una parada en la fachada más estrecha donde se encuentra además una gran Campana.

Y otra vez en la Plaza Zamkowy, donde no podemos resistirnos a hacer más fotos con todo el bullicio de gente que había. Seguimos por la conocida como Ruta Real donde son varias las paradas que nos esperan. La primera en la Iglesia de Santa Ana, le siguen el Palacio Namiestnikowski, la Iglesia de la Visitación y la Iglesia de la Santa Cruz, donde se encuentra el corazón de Frederyk Chopin, el Palacio Staszic, con la estatua de Copérnico enfrente y el Museo de Chopin.

En este punto del recorrido, decidimos hacer un alto en el camino paseando por Nowy Swiat para degustar las famosas paczki, dulce típico. Lo hicimos en una cafetería con fama por su antiguedad (en el número 33) pero realmente vale cualquiera.

Paczki
Continuamos rumbo a la Plaza de las Tres Cruces. Continúamos en nuestro camino hacia el sur, recorriendo la calle Aleje Ujazdowskie, que es la calle de las embajadas, con bonitos edificios. Entramos en el Parque Ujazdowski, pequeño parque pero agradable para un corto paseo. Nuestro último destino del día sería el Parlamento, con el Monumento al Ejército del Interior.

Con esto, decidimos ir a probar unos quesos y vinos polacos en Wejca, una buena vinoteca. Todo un acierto, el dueño es muy amable y nos recomendó acertadamente dos tipos de vinos.

Y con esto se daba por terminado el primer día completo en esta bonita ciudad.

31 de Mayo: Hoy nos esperaba un día muy intenso, porque teníamos que aprovechar para terminar de visitar Varsovia. Hoy recorreríamos el Centro Urbano. Lo primero varios palacios, que no se visitan por dentro: Prymasowski, Pac y Branicki. También visitamos la Iglesia Capuchina, más sobría.

Antes de continuar, hacemos un pequeño alto para recorrer parte de la Barbacana que ayer no visitamos, donde se encuentra la estuatua al pequeño soldado. Muy cerca también se encuentra el Monumento por la Insurrección de 1944.
Monumento a la Insurrección de 1944
Lo siguiente serían otros monumentos conmemorativos: a los Caídos y Asesinados en el Este, el Umschlagplatz y el monumento a los Héroes del Gueto.

Cerca de éste último se encuentra la Prisión de Pawiak, donde lo más característico es un árbol seco con las placas de algunos presos muertos en la prisión.
Árbol seco en Pawiak
Seguimos hacia la Plaza Bankowy, de esta plaza sale la calle que llega al Palacio Przbendowski-Radziwillow, donde además se puede ver restos del antiguo muro del Gueto.

De ahí, la Plaza del Teatro. Continuamos hasta llegar a los Jardínes Sajones, unos bonitos jardínes donde lo más destacable es la Tumba del Soldado Desconocido, continuamente custodiado.
Tumba al Soldado Desconocido

Dos pequeñas paradas más antes de parar a comer, que sería el edificio del Museo de Bellas Artes y la Iglesia Evangélica de la Confesión de Augsburgo.

Nuestra parada a comer resultó todo un acierto, dos platos enormes de pasta muy bien cocinada y un postre casero, con regalo de helado artesano. El restaurante es Aïoli.

Tras comer intentamos visitar la Sinagoga pero sin éxito, pues se encontraba cerrada. Así que nos disponemos a visitar el Palacio de Cultura, edificio regalo de Stalin a la ciudad. Desde lo alto de la torre se tienen unas bonitas vistas, pero de la zona nueva de Varsovia, pues la parte más bonita se encuentra alejada.

Nuestro último destino sería el Palacio Lazienki, que se encuentra en un precioso y enorme parque. El Palacio se puede visitar con audioguía y es muy interesante y recomendable. El parque, al ser fin de semana, rebosaba vida. El Palacio, en cambio, se pudo visitar con total tranquilidad. Una vez fuera del palacio, se puede tener la suerte de ver los pavos reales con sus plumas extendidas. Además del Palacio, también merece la pena visitar el Anfiteatro. 
Palacio Lazienki

En la Parque también se encuentra el Monumento a Chopin, dos invernaderos, otro pequeño palacio (también se puede visitar, pero no entramos) y el templo de la Sibila.

Cuando estuvimos comiendo, vimos que estaban sirviendo unas hamburguesas enormes y con una pinta estupenda, así que repetimos restaurante y las probamos. Deliciosas. Y tras un día de mucho caminar, nos fuimos a descansar al apartamento. Mañana tocaba cambio de ciudad.

1 de Junio: Nada más desayunar y terminar las maletas, nos fuimos a la estación a coger el tren cuyos billetes habíamos comprado con antelación a Torun. El tren no es muy cómodo, son vagones de hasta 8 personas en dos asientos corridos, pero afortunadamente creo que no los van llenando si no que suelen meter a 4 ó 5 personas como máximo. Tras unas 3 horas de tren (tuvo problemas) llegamos a la estación de Torun. La ciudad está al otro lado del río, a unos 25 minutos andando. Pero se pasa por el puente que cruza el Vístula y las vistas de la ciudad son bonitas.

El hotel elegido fue todo un acierto, Hotel Pod Orłem. Muy bonito decorado con temática de viajes y habitaciones muy grandes, con una gran bañera.

Tras dejar las maletas en la habitación, empezamos a hacer turismo por la ciudad siguiendo un mapa turístico. 

Empezamos por el Teatro, y seguimos dirección a la Iglesia de la Virgen María, la cuál conserva frescos en sus paredes del siglo XIV, merece la pena verlos. Justo al lado, se encuentra la Plaza Vieja del Mercado, dominada por el Ayuntamiento. En la misma plaza se encuentra la Iglesia del Espíritu Santo. Se puede subir a la torre del ayuntamiento, donde se tienen unas vistas muy bonitas de la ciudad, del río y de las casas pintorescas que rodean la plaza. Destaca, sobre todo, la Casa de la Estrella. También es la mejor ocasión de ver la Iglesia de la Virgen María en toda su extensión, observando su curiosa fachada, pues a pie de calle es difícil por los edificios que la rodean.

Vistas desde la Torre del Ayuntamiento
 En la plaza se encuentra la famosa estatua a Copérnico, ya que Torun fue su ciudad natal. 

Ayuntamiento con la Estatua de Copérnico

Recomendable tomar un helado en Lenkiewicz, muy ricos y enormes a buen precio. Se pueden tomar en su terraza con vistas a la torre del ayuntamiento.

Dejamos la plaza para visitar la Catedral de los Santos Juan Bautista y Juan Evangelista. En su interior, se puede ver la pila bautismal donde fue bautizado Copérnico.

Seguimos callejeando por las agradables calles de Torun, y salimos a la zona del río para ver las distintas puertas de entrada de su bien conservada muralla.

Llegamos a las ruinas de un castillo teutónico, donde la única parte que se conserva es la Torre de la Letrina. 

La siguiente parada sería la Plaza Nueva del Mercado. En esta plaza se encuentra una galería de arte, y puestos de fruta y verdura. En uno de los extremos se encuentra la Iglesia de Santiago, que ya estaba cerrada a estas horas. Y muy cerca de ésta, la Iglesia de Santa Catalina, también cerrada.


Plaza Nueva del Merado
Volvemos por otras callejuelas, y nos encontramos con el Teatro Baj Pomorski, un curiosísimo edificio.

Volvemos an la zona de las murallas que no habíamos visitado, donde destaca la Torre Inclinada y los graneros gótico y barroco que se encuentran al lado.

Torre Inclinada
Y ya era buena hora para ir a cenar, callejeando dimos con un restaurante cuyo interior es super original. Además, se puede comer a un precio casi irrisorio. Se trata de Oberza. Es un buffet en el que debes elegir un principal, una guarnición y una ensalada. Para dos personas, con sus dos cervezas, nos costó unos 9 € en total.

Interior del Restaurante Oberza
Tras la cena, nos encaminamos a la Fuente Cosmopolis, que con el buen tiempo hacen un pequeño espectáculo de luces y sonido. Y, de ahí, volvemos a la zona del puente para ver Torun iluminado por la noche. 


Fuente Cosmopolis
Esto sería todo por el día de hoy, nos vamos a disfrutar un poco de la bonita habitación de hotel.

2 de Junio: El día anterior habíamos decidido incluir el desayuno en el hotel y fue todo un acierto. Comida de gran calidad y variada, con fruta fresca. Hasta la salida de nuestro tren al siguiente destino, terminamos de visitar Torun. Lo primero es visitar las dos iglesias cercanas a la plaza nueva que ayer estaban cerradas. Y debe ser que era muy pronto, y sólo tenían abiertas las puertas principales, pero no las rejas interiores.

Tras lo cual, visitamos la Casa de Copérnico, que son dos edificios, uno de ellos perteneciente al padre de Copérnico.

Y finalmente, iríamos a visitar el Museo Etnográfico. Puedes elegir qué visitar, nosotros elegimos todo. Primero visitamos la exposición permanente, donde se muestran aparejos de distintos ámbitos: casa, pesca, comercio, carpintería, etc. Luego visitamos una exposición temporal de artistas no profesionales. Y, por último, la exposición al aire libre, que es un Skansen con reconstrucciones de distintos tipos de vivienda de varias zonas de Polonia. Muy interesante.


Skansen en el Museo Etnográfico

Volvimos a probar suerte con las iglesias, esta vez con más fortuna con la Iglesia de Santiago. Hay que pagar un donativo para entrar, pero merece la pena.

Con esto terminábamos Torun y nos encaminamos al tren con destino a Gdansk. El tren era igual que el del día anterior, y en unas 3 horas estábamos en Gdansk.

Elegimos un apartamento, Ogarna 88, que resultó estar genial, tanto por la comodidad del mismo como por la ubicación, justo detrás de la calle principal. Así que nada más salir del apartamento, nos encontramos con lo más bonito de Gdansk.

Empezamos recorriendo Dlugi Targ hacia la Puerta Verde. Lo que más llama la atención es el Ayuntamiento con su torre, pero hay que fijarse en los edificios que rodean la calle, cada uno de un color, con decoraciones, pinturas, realmente bonitos. Destaca, especialmente el Palacio Artús. 

Dlugi Targ

Una vez en la puerta verde, volvimos a recorrer la calle en dirección a la Puerta Dorada. La calle Dluga también tiene bonitos edificios, como por ejemplo la Casa Uphagen. Salimos por la puerta dorada para ver la Torre de la Cárcel, que actualmente tiene el museo de ámbar. Y por detrás, la Puerta Alta, donde se encuentra la oficina de turismo. Pegada a la Puerta Dorada, también destaca el Palacio de San Jorge.

Dluga desde la Puerta Dorada
Entramos de nuevo por la puerta dorada y giramos a la izquierda por Tracka. Al poco tiempo, llama la atención el edificio conocido como Arsenal

Arsenal

Seguimos por la calle Piwa donde se alza enorme la Iglesia de Santa María y enfrente de la misma, la Capilla Real. Merece la pena recorrer las calles que conectan la iglesia con el puerto, especialmente la calle Mariacka, con sus bonitos portales. 

Mariacka
Una vez en el puerto, nos acercamos a lo más conocido de Gdansk, que es su Grúa Portuaria, del siglo XIV. 

Ya era hora de cenar y probamos en un sitio que nos habían recomendado y ahora nosotros también. El local se llama Browar Piwna, en la calle Piwna, y lo mejor es probar sus cervezas artesanales. La cocina también está bien. 

Tras un breve paseo nocturno, ya nos retiramos a descansar.

3 de Junio: A primera hora, visitaríamos un poco de la ciudad, con especial cuidado de visitar las cosas que cerraban al día siguiente, festivo en todo Polonia. Así, lo primero fue subir a la Torre de la Iglesia de Santa María y visitar la propia Iglesia. Para ambas cosas es necesario pagar, por unos 50 céntimos más se tiene derecho a la Torre y a la Iglesia, por lo que merece la pena. 

La subida a la torre es curiosa porque se ven todos los entresijos de la Iglesia por dentro, pero las vistas no son especialmente buenas porque el propio tejado de la iglesia tapa parte de las mismas. Dentro de la Iglesia merece la pena visitar el reloj astronómico (a mediodía funciona un carrusel, pero nosotros llegamos antes de la hora). 

Vistas desde la Torre de la Iglesia de Santa María
El siguiente punto en nuestro itinerario sería el Ayuntamiento. Aquí también se puede elegir lo que se quiere visitar, nosotros también cogimos la opción de museo y de subida a la torre. El museo recorre varias salas del ayuntamiento, destancando sobre todo el Salón Rojo, impresionante. La subida a la torre sí ofrece unas vistas espectaculares de prácticamente todo Gdansk. Aconsajeble 100%.
Vistas desde la Torre del Ayuntamiento
Muy cerca del Ayuntamiento se encuentra el Palacio Artús. También es muy recomendable visitarlo. Destaca una estufa de 12 metros preciosamente decorada.

Y también muy cerca de la Puerta Dorada, se encuentra la Casa Uphagen. Lo que más nos llamó la atención fue la decoración de las puertas, a tono con la ambientación de cada habitación.

Tras lo cuál, dejábamos de momento Gdansk y nos dirigiríamos a la estación de trenes. En el camino, entramos en el Mercado que tiene unas ruinas en su interior, aprovechamos para comprar algo de comida. En la estación de trenes compramos billetes con destino Malbork, para visitar la fortaleza gótica más grande de Europa. Salen muchos trenes desde Gdansk, unos más rápidos que otros y unos más baratos que otros. Es recomendable coger el que tarda 40 minutos en lugar de 30, porque sale económicamente mucho más rentable.

Desde la estación de trenes no hay información sobre como llegar a la fortaleza, pero no es complicado. Al salir a la calle hay que tirar a la derecha y después de unos 5-10 minutos andando se empezarán a ver carteles indicando el castillo a la derecha.

Antes de entrar al Castillo, decidimos comer en el pueblo. Encontramos en un centro comercial un sitio parecido al que ya encontramos en Torun, aunque con menos encanto. Eso sí, la comida muy rica y barata.

Y ya teníamos toda la tarde libre para visitar el castillo, pues al menos se necesitan unas 2-3 horas para recorrerlo. Con la entrada te dan una audioguía en el idioma elegido (Español) y te va guiando por las distintas salas, y zonas del castillo. Una vez terminado el recorrido, recomendamos cruzar el puente sobre el río porque las vistas del castillo desde la otra orilla son muy bonitas.


Castillo de Malbork
Con esto ya dabamos por terminada la excursión y volvíamos a coger el tren con destino a Gdansk.

Una vez de vuelta en Gdansk y muy cerca de la estación de trenes se encuentra el Monumento a los trabajadores de los astilleros. Fue levantado en memoria de los trabajadores muertos en los años 80 durante la revolución sindical de Solidaridad, liderada por Lech Wałęsa, quien años más tarde llegaría a ser presidente del gobierno.

Monumento a los Trabajadores de los Astilleros
De ahí, nos fuimos acercando al centro haciendo alguna pequeña parada. El Molino Grande, un centro comercial en un antiguo molino del siglo XIV. Muy cerca se encuentra el Ayuntamiento de la Ciudad Vieja. Nosotros entramos cuando se estaba celebrando un evento en su interior, pero el de seguridad se portó muy bien y nos dejó echar un vistazo.

Una vez ya en el centro, nos acercamos a la Isla de Spichlerze (tras la puerta verde), donde existe dos torres medievales conocidas como Cántaros de Leche. Seguimos paseando por esa zona de Gdansk para poder hacer una foto de la grúa de Gdansk con mayor perspectiva.

Con eso y una cena muy rápida (cerraban la cocina) nos fuimos a dormir.

4 de Junio: Día de Corpus Christi, que se vive con gran intensidad en Polonia. Nos quedaba todavía por visitar la Iglesia de la Santísima Trinidad, al sur de Gdansk.
 
Y, nos quedaban otras dos iglesias, cercanas a la estación de trenes. Se trata de la Iglesia de Santa Catalina. Y, muy cerca, la Iglesia de Santa Brígida, iglesia relacionada con el movimiento Solidaridad. Tras estas pequeñas visitamos, nos fuimos en tren a visitar la gran ciudad turística de veraneo de Sopot, que al ser día festivo, estaba lleno de gente, de puestos y de restaurantes. Comimos en una de las muchas terrazas que hay en la playa y disfrutamos de un bonito paseo por la orilla del mar báltico con sus cisnes.

Sopot
A primera hora de la tarde, ya habíamos dado varios paseos por Sopot y, como nos sobraba tiempo, decidimos hacer una parada intermedia antes de regresar a Gdansk para visitar la Catedral de Oliwa. Está un poco retirada de la estación de trenes (unos 10-15 minutos andando) y no hay carteles. Nosotros aprovechamos la wifi de la estación para buscar la ruta con el móvil. La catedral se visita gratuitamente y merece la pena hacerle una visita. Muy cerca de la catedral se encuentra el Parque Oliwa, que también es muy agradable para pasear.

Catedral de Oliwa
Y ya sí, decidimos volver a Gdansk, sin mucho tiempo más que para hacer las maletas e ir a cenar.

5 de Junio: A primera hora de la mañana nos encaminamos a la estación de tren con destino Cracovia, nuestra última ciudad. Por suerte, este tren sí es como los grandes trenes europeos, con todas las comodidades. Menos mal, porque eran 5 horas y media de trayecto.

Desde la estación central de Cracovia a nuestro apartamento son unos 15 minutos. El apartamento estaba justo, muy bien situado y aceptable para unos días.Tras acomodarnos, nos dirigimos a la ciudad vieja. Antes de empezar ninguna visita, buscamos un sitio para comer y encontramos Sukiennice. El sitio estaba bastante bien, justo al lado de la torre del ayuntamiento. Comimos un schnitzel enorme para compartir (menos mal que habíamos visto los platos antes de pedir) y una ensalada. Todo buenísimo y a buen precio. Además, te obsequian después de comer con unos chupitos de vodka de cerezas.

Ahora ya sí, nos disponemos a recorrer en primer lugar la Plaza Mayor del Mercado, empezando por la Iglesia de Santa María. Se puede visitar sin pagar y, en teoría, sin hacer fotos, entrando por la parte dedicada sólo a oración. Estaba lleno de turistas y muchos haciendo fotos. En mi opinión, merece la pena pagar porque no puedes ver con detalle la zona del presbiterio donde destaca el Retablo de Veit Stoss. También se puede subir a la torre, nosotros no nos dimos cuenta, y al final no pudimos en el resto del viaje, así que tendrá que ser en otra ocasión. Enfrente de esta iglesia se encuentra otra pequeñita, la Iglesia de Santa Bárbara.

Iglesia de Santa María
Tras un recorrido a toda la plaza, decidimos dejar el Mercado de Paños para luego, puesto que tenía mucho horario y  nos fuimos a visitar el resto de la ciudad. El siguiente destino sería la Plaza Szczepanski. Y de ahí, por la calle Florianska, nos topamos con la Iglesia Escolapia y un poco más al norte con la Barbacana, pasando por la Puerta de Florián. Seguimos hacia el norte y nos encontramos con la Plaza Matejki, con el Monumento Grunwald y la Iglesia de San Florián, al fondo.

Plaza Matejki con la Barbacana y la Puerta de Florián al fondo

Volvimos a la Plaza Mayor del Mercado para visitar el Mercado de Paños. Toda su planta baja es una arcada, con un puesto en cada arco, casi todos de souvenirs y ambar. Poco rastro de los paños. En la planta superior hay un museo, pero no lo visitamos.

Como ya teníamos hambre y nos había gustado mucho el sitio de la comida, nos fuimos a cenar. Cada día tienen ofertas, y elegimos la trucha frita que estaba realmente rica. Un paseo por las calles para ver el ambiente de un viernes noche en la ciudad y ya a descansar.

6 de Junio: Hoy visitaríamos Auschwitz. No es una visita agradable y, en algunos momentos, es bastante dura, pero creo que hay que visitar porque no deja de ser la historia.

Para ir se tarda en torno a una hora y media y existen varias compañías de autobús que van. Nosotros fuimos a primera hora a la estación de autobuses (edificio MDA, en la calle Bosacka 18, detrás de los andenes de la estación de tren). Hay al menos dos empresas, una con minibuses (la que cogimos) y otra con autocares grandes. Los billetes se compraban al conductor del autobús que, en nuestro caso, salía de la planta inferior

Es recomendable ir con tiempo por si quieres comer algo antes de hacer la visita (no se permite comer en el interior), dejar las mochilas en consigna (no se pueden entrar según el tamaño), ir al baño y hacer la cola de entrada. Se puede visitar de forma gratuita sin guía. Nosotros compramos online la visita guiada en español, para lo cuál una vez dentro del edificio te dan un receptor y una pegatina. Con eso, esperas a que llegue tu hora y esté tu guía.


Se visitan dos campos de concentración, Auschwitz I y Auschwitz II (Birkenau). Para ir de uno a otro hay un autobús gratuito.

La visita pone los pelos de punta, y se aprende más del horror que allí se vivió. El guía estuvo bastante bien.

Al terminar, de vuelta en Auschwitz I, fuimos a comer a un restaurante que estaba muy cerca y que estaba bien de precio. Una vez comidos, cogimos el autobús hacia Cracovia. Sale de la misma parada del que conecta los dos campos. Es más cómodo y un poco más caro que el que usamos por la mañana y tardaba aproximadamente lo mismo.

Entrada a Auschwitz I

Ya en Cracovia de nuevo, nos acercamos a una oficina de información turística para saber la mejor forma de visitar la Fábrica de Schindler. Así que cogemos tranvía y nos vamos a la zona industrial. Nosotros compramos el  billete en una máquina en la parada, pero también se podía comprar a bordo. La visita está muy interesante, te cuenta la historia de los judíos de Cracovia y se llega a conocer mejor la vida de Schindler. 

Y, ya con esto, nos vamos a disfrutar del sábado noche en esta ciudad que también tenía mucho ambiente.

7 de Junio: Hoy nos dedicaríamos por completo a visitar Cracovia. Empezamos por la visita obligada que es el Castillo y la Catedral de Wavel. Es recomendable ir prontito porque se puede tardar en visitar, dependiendo de las opciones elegidas. A la hora de comprar el ticket tienes que especificar qué quieres visitar. Algunas partes son gratuitas los lunes. Nosotros elegimos las opciones que nos interesaban, dejando fuera las gratuitas, porque podíamos ir el lunes. En algunos casos, te asignan hora de entrada, aunque puedes intentar entrar antes, a no ser que sea visita guiada. En otros casos, se puede visitar cuando se quiera.

Lo primero que visitamos fue la Sandomierska Tower. No es cara, y se tiene una vista parcial del patio del castillo y de los alrededores. No es vista completa porque no sales a superficie sino que se observa por las ventanas de la torre. Las ventanas del último piso son un poco más estrechas que las del anterior, por lo que recomendamos echar un vistazo por ambas.

Vistas desde la Torre

Torre Sandomierska
La siguiente visita es la Cueva del Dragón, es una visita un poco tonta, pero por el precio que tiene se puede visitar. A la salida de la cueva está el dragón de Wavel que cada poco tiempo escupe fuego (se puede ver el dragón sin entrar en la cueva).

Y ya empezábamos con lo más interesante, y con lo que tenía hora asignada. Lo primero los State Rooms, a los que entramos antes de la hora marcada. Destacan sobre todo los techos, y no se pueden hacer fotos.

Patio Renancentista desde donde se accede a las State Rooms y a los Royal Private Apartments

Con esta entrada, se tiene acceso de forma gratuita a  la exhibición temporal Acquisitions 2014, en la que puedes ver las últimas adquisiciones para el castillo.

La visita, los Royal Private Apartments, sólo se pueden visitar de forma guiada y merecen la pena. Tampoco se pueden hacer fotos.

En principio, nosotros no habíamos comprado para visitar el cuadro de Leonardo da Vinci, La dama y el armiño, que estaba expuesto en el castillo en esos días, pero por 2'5 euros al final decidimos visitarlo. La entrada se podía comprar directamente sin tener que volver a la zona de tickets. Tampoco se puede hacer fotos.

Y con esto terminábamos el castillo y entrábamos en la Catedral. La propia Catedral se puede visitar gratuitamente, pero por unos 3 euros más se visita la Campana de Segismundo (la torre del campanario), el museo de la catedral y las tumbas reales. Nosotros lo compramos por esto último, y merece la pena la visita. La principal atracción de la campana es que es muy grande, pero tampoco es gran cosa. El museo estaba cerrado el domingo, pero tampoco nos atraía mucho.

Y después de toda la mañana, nos fuimos a comer cerca un gran plato con varios tipos de carnes. 

Con las fuerzas renovadas, seguimos nuestra visita a la ciudad. Ahora iríamos a la Iglesia de los Santos Pedro y Pablo, que está en una bonita plaza con otra iglesia a su derecha. De ahí, fuimos a la Iglesia Franciscana, que es espectacular por dentro. Con unos techos y unas paredes de unos colores muy bonitos.

Terminamos la tarde visitando la Iglesia de Santa Ana y desde allí, nos vamos paseando hasta la calle Ulica Retoryka. En esta calle se pueden contemplar las casas diseñadas por Teodor Talowski, muy imaginativas.

Detalle de la Casa del Burro en Ulica Retoryka

Y, con eso, nos volvemos a acercar a la zona más céntrica para cenar, en la plaza mayor pero en otro local. Terminamos justo a tiempo de ver acabar el gran concierto que había en la parte posterior de la plaza. 

Y otro día en Cracovia llegaba a su fin.

8 de Junio: Nuestro último día en Cracovia lo aprovechamos para terminar de visitar la propia ciudad. Así a primera hora nos dirigíamos de nuevo al Castillo de Wavel para visitar lo que era gratis los lunes. Aunque las entradas sean gratis se ha de pasar por taquilla para que te den el correspondiente ticket. Primero visitamos el Lost Wavel que no tenía asignada hora. Es una interesante visita, sobre todo si te gusta la arqueología, en ella se pueden ver y entender mejor cómo era Wavel a través de los siglos.

La otra visita gratuita es el Tesoro de la Corona y la Armería. Te asignan una hora para hacer la visita, pero nosotros intentamos entrar antes porque no queríamos estar parados y no hubo problema. Son varias salas con exposiciones, en 20 minutos se puede ver.

Con esto ya dábamos por completa la Colina Wavel y nos encaminamos hacia el Collegium Maius. Nosotros elegimos la guía en inglés, porque ese día no se podía elegir ni por libre ni en español. Nuestro guía fue un profesor del colegio y la verdad es que estuvo divertida.

Collegium Maius
Ya cerca de la 13:00 nos dirigimos a la plaza principal a comer y tomar unas cervecitas con tranquilidad. Tras la comida, nos dirigimos a nuestro apartamento para dejar las maletas ya preparadas y de ahí, a la estación de tren para visitar las minas de sal de Wieliczka. Los horarios se pueden ver en la estación en los carteles de departures, allí puedes ver en qué andén salen los trenes. Son cada media hora y tardan 22 minutos. El billete se compra en unas máquinas que hay dentro de los trenes.

Las visitas a la mina son guiadas y se puede elegir en español. Si vas allí, puedes elegir un horario por la mañana y otro por la tarde, pero si compras online tienes un tercer horario que es a las 18:50. Y es la opción que recomendamos, porque se pueden visitar con total tranquilidad y no con grupos grandes. Nosotros sólo éramos tres.

Una vez en las minas, lo primero es ir a las taquillas para canjear nuestra reserva por los billetes. Y después, como íbamos con bastante tiempo de antelación, nos fuimos a visitar la Graduation Tower. Es una construcción muy curiosa y que merece la pena visitar (con la entrada a la mina se tiene descuento). Está hecha con ramitas y con un sistema de remojo con salmuera procedente de la propia mina. El fin es lograr un ambiente húmedo y salino en la zona, lo cual dicen que es muy sano, sobre todo para las vías respiratorias superiores.

Graduation Tower
También se puede visitar el pequeño pueblo, que tiene una iglesia y una plaza bonita. Además, hay un pequeño castillo que tiene un museo en su interior, pero los lunes cierra.

A nuestra hora empieza la visita, casi privada. Lo primero es bajar 385 escalones (creo) por una estructura de madera, y poco a poco te vas adentrando en esta maravilla. Se visitan 22 galerías, todo hecho de sal: techos, paredes, suelos, esculturas. Realmente te deja con la boca abierta, sobre todo al llegar a la galería principal, la Capilla de Santa Kinga.

Detalle de Santa Kinga

Capilla de Santa Kinga

Esta visita dura unas dos horas y luego de forma opcional e incluído en tu ticket está la visita de una hora aproximadamente al museo. Nosotros la hicimos en 30 minutos, la guía tuvo la amabilidad de adaptarla, para no tener que esperar al último tren que salía muy tarde. Considero que merece la pena hacer esta parte también. La subida a la superficie es por un ascensor, que como a esta hora no hay nadie en la mina, no tuvimos que esperar.

Y esto era todo en Wieliczka, en Cracovia y en Polonia. Ante el miedo de no pillar restaurantes abiertos, cenamos en el McDonalds de la estación y a descansar.

9 de Junio: Hoy ya sólamente quedaba regresar a Madrid. El autobús que lleva al aeropuerto es el 292 y tarda unos 45 minutos en llegar. El autobús se coge en la estación de autobuses públicos urbanos, no confundir con la de MDA. Está casi al lado de la otra, también detrás de los andenes del tren. Debes buscar una zona con varias dársenas al aire libre.

Con más de 5 horas de retraso, conseguímos llegar a Barajas. A ver si surte efecto la reclamación a Ryanair.