sábado, 30 de septiembre de 2017

Montenegro y Serbia

Sábado 30 de Septiembre: Hoy partiríamos con Norwegian hacia el aeropuerto de Dubrovnik, muy cercano al pequeño país de Montenegro. Puntualmente llegaríamos por la tarde y recogeríamos el coche de alquiler. Tras esto, cruzaríamos la frontera y llegaríamos a nuestro primer destino del viaje, Herceg Novi. Aquí haríamos nuestra primera noche.
Tras encontrar el apartamento y hacernos entender con la mujer, que no hablaba inglés, nos fuimos a dar una vuelta por la ciudad, hacer una pequeña compra en un supermercado y buscar en donde cenar.

Torre del Reloj por la noche
Es una ciudad muy pequeña pero es agradable de recorrer. Nos recordaba a las ciudades de Croacia, pues tienen una arquitectura parecida. Cenamos en una terraza dado el buen tiempo que hacía, disfrutando un par de cervezas montenegrinas.
Tras este pequeño paseo y esta incursión en la gastronomía montenegrina, nos iríamos a descansar. Ya terminaríamos de visitar la ciudad a la mañana siguiente.
Domingo 1 de Octubre: Tras desayunar en el apartamento y dejar todo recogido, nos fuimos a dar una vuelta para visitar la ciudad de día. Lo más destacado es el casco antiguo (o Stari Grad) de Herceg Novi, que es pequeño pero tiene un encanto especial. En un corto recorrido se  puede ver, comenzando en la Plaza Nikola Ðurković, a los pies de la Torre del Reloj, la Iglesia de San Miguel Arcangel, la Iglesia de San Jerónimo, la Iglesia de San Leopoldo y el edificio de los Archivos de la Ciudad.


Iglesia de San Miguel Arcángel
También destacan dos fortalezas, una en altura y otra a nivel de mar. Nosotros optamos por ir únicamente a la que se encuentra en el paseo marítimo, muy agradable también de recorrer.

La fortaleza de Kanli-Kula fue construida por los turcos en el siglo XVI. Su nombre significa "torre de la sangre". En la actualidad se usa como escenario para numerosos espectáculos al aire libre y por eso, optamos por no subir e invertir el tiempo en visitar con mayor tranquilidad las siguientes ciudades.

La fortaleza de Forte Mare, que fue construida en el siglo XIV, está considerada como el origen de la ciudad. De esa época sólo queda una parte del muro defensivo, ya que el edificio fue remodelado en los siglos XVI, XVIII y XIX por los turcos, los venecianos y los austríacos, respectivamente.

Forte Mare
Muy cerca de Herceg Novi se encuentra el Monasterio Savina. Está formado por tres iglesias: dos dedicadas a la Asunción de la Virgen y otra a San Sava, fundador de la Iglesia Ortodoxa Serbia y que le da el nombre al complejo religioso. El monasterio es famoso, además, por sus frescos e iconostasio.

Monasterio Savina
Nuestra siguiente parada sería la ciudad de Risan es la localidad más antigua de la zona de Boka Kotorska. En esta ciudad se pueden visitar sus mosaicos romanos (por un módico precio) y muy cerca se encuentra la Iglesia de San Pedro y San Pablo.

Mosaicos romanos
Tras visitar ambos lugares nos pondríamos rumbo a Perast, una de las ciudades que más nos gustó. Al llegar nos encontramos con los típicos gorrillas, pero como no queríamos problemas pagamos los 2 euros que nos pidieron y no nos complicamos, la opción para aparcar es muy escasa.

Perast
Perast es muy conocida por sus edificios barrocos, entre los que se encuentran numerosos palacios e iglesias, así como por las dos pequeñas islas que están situadas en frente de la costa: San Jorge y Nuestra Señora de las Rocas, en las que pueden verse sendas iglesias. Esta es una isla creada por el hombre en la que se encuentra también una iglesia católica-romana. Durante todo el camino te ofrecerán varias veces paseos en barca a las dos islas, pero nosotros preferimos quedarnos en la pequeña ciudad y quedarnos a comer en una de sus terrazas con vistas a la bahía.

Vista de las dos islas desde Perast
Tras la comida, nos encaminamos a una de las ciudades más turísticas de Montenegro, Kotor, donde no es raro encontrar algún crucero atracado en las proximidades. La ciudad está repleta de turistas, y eso que era octubre, supongo que en verano puede ser algo agobiante, aún así, nos gustó dar un paseo por el pequeño centro.
 
Dejamos el coche en un parking próximo al centro ya que los precios de los parkings son muy asequibles. El parking pertencía un centro comercial, y así que también aprovechamos para comprar una tarjeta SIM válida para navegar por Montenegro.


A medida que te vas acercando al centro antiguo, ya te vas haciendo una idea de lo bonito que va a ser.

Muralla exterior

Entrada al Stari Grad
En la ciudad destaca la Catedral de San Trifón. Esta catedral es una de las dos únicas catedrales católicas que existen en Montenegro. Se construyó en el siglo XII, aunque ha tenido que ser restaurada en varias ocasiones. La más importante fue la realizada después del terremoto de 1667, que destruyó el campanario y parte de la fachada. El interior es de pago.
Catedral de San Trifón
Existen varias iglesias que también merece la pena visitar: la Iglesia de San Nicolás (Sveti Nikola). Es el templo ortodoxo más relevante de la ciudad y destaca por su iconostasio y la Iglesia de San Lucas (Sveti Luka) data del siglo XII y es de estilos románico y bizantino.

Sveti Luka
También se puede visitar el Museo Marítimo, situado en el Palacio Grgurina, un bonito edificio barroco pero nosotros sólo paseamos la ciudad.
Tras un bullicioso pero agradable paseo por Kotor, nos encaminamos a su hermana Budva, algo menos turística. Se puede dejar el coche en algún parking, muy cerca del centro, por un precio muy asequible. Lo interesante de Budva es el Stari Grad, completamente amurallado que aún conserva en sus edificios rasgos de su pasado bajo dominio veneciano.
Siguiendo las empedradas callejuelas se pueden ver la Iglesia de San Juan (siglo VII), la Iglesia de Santa María in Punta (siglo XI) y la Iglesia de la Santísima Trinidad (siglo XIX).

Murallas en Budva
Tras un paseo y un helado por el Stari Grad, volvemos al coche camino de Cetinje, en donde haríamos noche. Aunque en la actualidad la capital del país es Podgorica, Cetinje sigue siendo el lugar de residencia oficial del Presidente de Montenegro, de hecho no pudimos aparcar en la calle del hotel porque iba a alojarse el presidente esos días.
En el hotel, nos recomedaron un restaurante para comer comida típica montenegrina y todo regado con un buen vino de la zona y a buen precio. Tras lo cual, ya nos fuimos a descansar a nuestra habitación.

Lunes 2 de Octubre:Tras un rápido desayuno en la habitación del hotel, fuimos a visitar el Monasterio de Centinje, muy próximo al hotel. El monasterio es muy bonito por fuera, y por dentro se puede visitar una pequeña parte. 

Monasterio de Cetinje
A la salida del monasterio, mientras estábamos haciendo fotos nos encontramos con un natural de la zona que sabía italiano, y nos empezó a dar a dar unas lecciones de historia sobre el monasterio y la zona, muy interesante. Le tuvimos que cortar porque por él nos hubiera estado contando cosas toda la mañana, pero nosotros queríamos dirigirnos a Lovćen National Park, por lo que tras despedirnos de él, fuimos al hotel a por nuestro equipaje y nos pusimos rumbo al parque.

El parque es especialmente famoso por ser el lugar donde está el Mausoleo de Petar Petrović Njegoš, uno de los más renombrados príncipes-obispos de la historia de Montenegro, que fue construido por el célebre escultor croata Ivan Meštrović. Es un sitio peculiar y no hay mucho sitio para aparcar, se va dejando el coche a lo largo de la carretera, por lo que es recomendable llegar pronto. Para llegar al mausoleo hay que subir una larga escalera, parte de la cual trascurre por el interior de la montaña. Las vistas desde el mausoleo son muy bonitas.

Vistas desde el Mausoleo
Nuestro siguiente destino sería otro parque nacional, el Lake Skadar National Park. Es el lago más grande de los Balcanes. Son interesantes las localidades de Virpazar y Rijeka Crnojevića, a orillas del Lago. La carretera que las une es bastante mala, pero se tiene una bonita vista del lago llegando a Virpazar. Existen otras formas de llegar, a priori más lento pero con mejor carretera. Quizá hubiéramos preferido esa opción pero no hubiésemos tenido unas bonitas vistas del lago.


Vistas del lago
Llegaríamos un poco antes de la hora de comer a nuestro alojamiento; el cual recomendamos pues Marco, el propietario, te hará sentir como en casa. Se trata del Country House Djurisic. Nos recomendó un par de sitios para comer, así que en uno comimos y en el otro cenaríamos. Tampoco existe mucha oferta en la zona.


Vistas desde el restaurante barco
Tras comer nos hizo una ruta por la casa y nos invitó a vino y rakja caseros junto con otra pareja de alemanes que se alojaban con nosotros. El alojamiento también dispone de bicicletas, así que por la tarde estuvimos dando un paseo por la zona.

Tras un poco de deporte, nos dimos una ducha y nos fuimos a cenar al pueblo. Con esto ya daríamos por terminado este bonito día. 
Martes 3 de Octubre: Tras un perfecto desayuno casero y típico de Montenegro, partimos a la capital del país, Podgorica. La ciudad no es especialmente bonita, pero sí destaca la Catedral de la Resurrección de Cristo. Se trata de un espectacular templo ortodoxo de reciente construcción. Es muy curioso por fuera y por dentro impresionan los frescos dorados, en especial, el que representa a Marx, Engels y Tito en el infierno.

Interior de la catedral

Catedral de la Resurección de Cristo
Por curiosidad, nos quisimos acercar al centro de la ciudad para saber qué tipo de ciudad nos íbamos a encontrar. Así aparcamos el coche cerca del barrio más antiguo, el Stara Varoš. La visita se puede empezar por la torre otomana llamada Torre del Reloj o Sahat Kula, del siglo XVIII y que resistió a los feroces bombardeos sufridos durante la Segunda Guerra Mundial. Desde ahí, uno entra en otra época, pues no se parece a ninguna ciudad europea que conociéramos, parecía más bien que estábamos en un pueblo rural, con casas bajas y antiguas, huertos e incluso algún animal como gallinas por la zona. La recorrimos hasta llegar a ver el Depedogen, los restos de la Fortaleza otomana situada en la confluencia de los ríos Ribnica y Morača. Está prácticamente en ruinas.

Con la curiosidad satisfecha, volvimos al coche rumbo a Duklja o Dioclea. Son las ruinas de una antigua ciudad romana situada a unos 4 kilómetros de Podgorica que fue fundada en el siglo I. Se puede entrar gratuitamente, aunque realmente no tiene mucho interés pues no queda casi nada.

Tras un rápido vistazo nos dirigimos hacia el parque nacional de Biogradska gora. Lo primero que hicimos fue ir al alojamiento, y nos costó un poco dar con él (cosas de google). Así que al final llamos al dueño que nos vino a buscar al pueblo y nos dirigió a su casa. El lugar es impresionante. Es una enorme cabaña con unas vistas estupendas y con cena y desayuno riquísimo y abundantísimo. Lo recomendamos, se trata de Country House Eco village Ćorić.
Vistas desde la cabaña
Tras unas cuantas fotillos al alojamiento, nos fuimos a buscar dónde comer. No hay mucho sitio por la zona, pero al final dimos con un sitio bueno, bonito y barato en la carretera principal. Tras comer, ya sí adentramos al parque nacional. Se tiene que abonar 3 euros por entrar con el coche y éste se deja aparcado justo donde empieza el más famoso sendero de la zona. El sendero es un ruta muy agradable y variada por el Lago Biograd. Dada la época del año el lago no tenía mucha agua, pero el paisaje es muy bonito y merece la pena hacer el sendero en cualquier época del año.

Lago Biograd
Antes de que se hiciera de noche, ya estábamos en nuestro alojamiento dispuestos a disfrutar de una rica cena y descansar.
Miércoles 4 de Octubre: Hoy dejaríamos atrás Montenegro para entrar en la desconocida Serbia. Tras un abundante desayuno, pusimos rumbo a Serbia. Primero quisimos hacer una pequeña parada logística para llevar algo de dinero en dínares. Para eso, paramos en Tutin donde en las Post Serbia cambiamos algo de dinero. No está de más llevar algo de dinero en dínares, pero en la gran mayoría de sitios nos aceptaron euros.
Tras este pequeño alto en el camino, nos esperaba un buen rato de carretera hasta el primer destino turístico del día, el Monasterio de Sopocani. Sería el primero de los muchos monasterios ortodoxos que visitaríamos en este viaje. 

Monasterio de Sopocani
Tras su visita y tras comer algo, nos dirigimos a la cercana Novi Pazar. Se trata de una ciudad donde se puede ver la diversidad religiosa presente en el país. Al aparcar, ya oímos los cantos a la oración musulmuna, mientras se veían minaretes por toda la ciudad. Dimos un rápido paseo por el centro de la ciudad, donde destaca el Novopazar Fort. También visitamos la Altun-Alem Mosque, pero preferimos no entrar en su interior.

Muy cerca de la ciudad se encuentra otro monasterio, Stupovi. Y a unos 2 kms de Novi Pazar, también se encuentra La Iglesia de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, protegida por la UNESCO. Es una pequeña iglesia, que estaba cerrada cuando fuimos pero el entorno es bonito y merece la pena hacer una pequeña parada.
 
Iglesia de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo

Dadas las horas que ya eran, sabíamos que ya no íbamos a pillar ningún monasterio más abierto, por lo que pusimos rumbo a nuestro alojamiento de la noche, Apartments Vila Selena - Golija. Un curioso lugar, regentado por un matrimonio muy amable y hospitalario. Fue divertido el intentar comunicarse con ellos sin que ellos supieran nada de inglés y nosotros sólo unas pocas palabras en serbio

Nos recibieron con un café, un licor y un poco de mermelada casera, y conseguimos hacernos entender para que nos preparasen cena para las 8... y ¡vaya cena! Comimos como si no hubiera mañana, y por ellos nos hubieran servido de todo varias veces.

Tras esta bonita bienvenida, nos dispusimos a descansar de este largo día de coche.
Jueves 5 de Octubre: Nuestros estupendos anfitriones nos prepararon un delicioso, energético y abundante desayuno. Tras lo cual, y tras despedirnos de ellos, nos pusimos en ruta para seguir visitando monasterios ortodoxos. 

El primero de ellos sería porque nos lo recomendaron en el desayuno, se trata de un  monasterio de Gradac. Pequeño monasterio de monjas pero merece la pena visitarlo.

Gradac
El siguiente monasterio sería el de los monjes, el monasterio Studenica.  
Studenica
Y, un poco más alejado nuestro último monasterio del día sería el de Ravanica
Ravanica
Antes de llegar a él, vimos otro monasterio que nos llamó la atención por la infraestructura que tenía de aparcamientos para autobuses, así que decidimos parar para visitarlo, y no defraudó. Se trata del monasterio de Žiča
 
Žiča
Esta vez la comida fue sencilla, unos bocadillos que nos comimos junto al coche, un poco de yogur, que nunca falta en los balcanes, y seguimos la ruta.


Nuestra siguiente visita del día sería una cueva, pero otra vez Google Maps nos jugó una mala pasada mandándonos por unas "carreteras" sin salida, así que nos costó un poco más llegar a la cueva. Finalmente, conseguimos hacerlo a pocos minutos del último pase. La cueva de Resavska pećina es bastante impresionante, con grandes galerías y distintas y curiosas formaciones. Al ser el último pase pudimos disfrutarlo con gran calma, lo cual le dio más encanto a la visita si cabe.
Interior de la cueva
Intentamos llegar al monasterio de Manasija, cercano a nuestro hotel. Cuando llegamos, ya había cerrado pero desde fuera impresionan sus torres, dando la apariencia de un castillo más que de un monasterio. Hicimos alguna foto y nos encaminamos al hotel, ya veríamos el monasterio al día siguiente. 
Google Maps nos tenía reservado una última sorpresa, llevándonos una vez por caminos de cabras y sin salida. Finalmente, conseguimos que el dueño nos diera indicaciones y a última hora de la tarde conseguimos llegar y que nos sirvieran una riquísima cena casera con una cerveza casera también. Delicioso todo.

Tras un intenso día, ya sólo nos quedaba una buena ducha y a dormir.
Viernes 6 de Octubre: Tras otro abundante desayuno (algún kilo de más sí que nos trajimos de recuerdo del viaje) nos dirigimos a visitar el monasterio de Manasija. Por dentro, es francamente bonito y enorme. 
Manasija
Tras esa perla que nos quedó del día anterior, hoy cambiaríamos de tercio y nos iríamos a recorrer la garganta del Danubio, la cual sirve de frontera natural entre Serbia y su vecina Rumania. Nuestra primera parada sería la fortaleza de Golubac. Se paga una pequeña cantidad por dejar el coche en el parking. El enclave no podía ser más bonito, con la fortaleza a los pies de la garganta del Danubio, justo en la parte donde se empieza a estrechar. Dadas las obras de reconstrucción no se podía visitar pero el enclave bien merece una visita.
Golubac
Nuestra idea era, a partir de aquí, recorrer la carretera que bordea la garganta del Danubio e ir parando donde nos llamara la atención. El primer sitio donde paramos fue en Lepenski Vir. Se trata de un yacimiento arqueológico, no muy grande pero interesante por las esculturas que allí se encontraron. Tiene una pequeña sala de exposición y un video explicativo en serbio, con subtítulos en inglés. Nos pareció muy interesante.
Lepenski Vir
Seguimos recorriendo la carretera y parando para hacer alguna foto allí donde la vegetación permitía unas bonitas vistas y se podía dejar el coche con facilidad. Nuestra siguiente parada larga sería en los alrededores de las Iron Gates, desde donde se puede ver la impresionante estatua del Rey Decébalo, en el lado rumano. Nosotros primero paramos en un saliente de la carretera, y bajamos por un pequeño camino donde se llega a la orilla del río. No están mal las vistas desde ese punto, pero si no se quiere bajar un poco más adelante se puede parar en una área de servicio desde la cual se tiene una buena visión de la estatua desde arriba.
Vistas del Danubio

Rey Decébalo
Seguiríamos nuestro recorrido hasta llegar al puente que permite cruzar a Rumanía, ahí ya decimos regresar e ir al hotel. En este sentido de la carretera, hay mejores sitios donde poder dejar el coche, y así lo hicimos. Paramos otras dos o tres veces más antes del desvío a nuestro hotel, Etno Kompleks Kapetan Mišin breg. Otro sitio auténtico, con sus dueños sin saber inglés pero con muchas ganas de que te sientas como en casa.
Sábado 7 de Octubre: Tras el enésimo desayuno hipercalórico del viaje y tras charlar con una pareja de serbios, donde ella era profesora de español, partiríamos hacia la capital del país, Belgrado pero en el camino hay varias paradas recomendables. La primera es Viminacium. Se trata de un yacimiento romano donde tuvimos un sabor agridulce en nuestra visita. La visita tiene que ser guiada y nos dijeron que sería en inglés, pero ese día había un grupo de serbios y de italianos, y como iban a ser muchos idiomas, no se haría en inglés. De todas formas, con el italiano nos podríamos haber defendido, pero la mujer traducía mucho menos que lo que comentaba el guía y era meramente traductora. Además, al ser un grupo muy grande, cada parada se hacía un mundo. Estuvimos unas dos horas y ya nos fuimos sin terminar de verlo. Eso fue la parte negativa, la positiva es que se pueden apreciar restos arqueológicos muy interesantes, sobresaliendo el mausoleo, donde se pueden apreciar frescos bastante espectaculares.
Mausoleo en Viminacium
Como comentaba, tras 2 horas de visita y tras ver el mausoleo decidimos seguir porque la visita estaba resultando bastante tediosa. Así, nos dirigimos hacia la fortaleza Smederevo. El sitio es muy grande con unos grandes torreones que sirven como límite para un parque de acceso libre. Para visitar lo que se llama el Small Town, hay que pagar un ticket. Nosotros estuvimos prácticamente sólos, a excepción de unos novios que estaban haciendo una sesión de fotos. El sitio está muy bien conservado pudiendo subir a alguna torre y disfrutar de las vistas. Nos sorprendió gratamente.
Smederevo
Y con esta visita, ya sí nos pusimos rumbo a Belgrado. Quedamos con el dueño del apartamento muy cerca del mismo y él nos indicó donde dejar el coche. El apartamento estaba muy bien situado pero no estaba muy bien conservado

Tras el checkin nos dispusimos a dar una vuelta por la ciudad. Nos dirigimos a reservar para cenar en un sitio muy conocido entre los turistas y los locales, que se llama ? (Question Mark). Tras lo cual y hasta la hora de la cena nos dio tiempo a recorrer un poco de esta gran ciudad. Nuestra primera visita fue la Catedral del Arcángel San Miguel. Muy cerca de la misma, se encuentra la Residencia de la Princesa Ljubica, convertida en un interesante museo. 
Catedral del Arcángel San Miguel

Residencia de la Pricesa Ljubica
Tras estas dos visitas, nos quedaba un poco de tiempo por lo que fuimos a la calle principal, Kneza Mihaila o Calle Príncipe Miguel donde compramos algún souvenir. Seguimos paseando hasta la Plaza de la República, una plaza repleta de vida y muy interesante arquitectónicamente hablando. Nos quedaba algo de tiempo, pero no mucho, así que dimos un rápido vistazo al barrio bohemio. Está bien ir por la noche pues tiene mucho ambiente.
Ópera desde la Plaza de la República
Como no nos quedaba ya mucho margen, fuimos paseando hasta el restaurante. El sitio no está mal, se come bien a un precio aceptable. Además, durante la cena se canta en directo canciones tradicionales (cada cual que valore si eso le gusta o no). Y con esto, nos iríamos a descansar al apartamento y ya terminaríamos de ver la ciudad al día siguiente.
Domingo 8 de Octubre: Gracias a booking, hoy teníamos late check out en el apartamento. Además el dueño no tenía prisa pues no tenía ninguna reserva, por lo que nos dijo que hasta las 15 podíamos quedarnos sin problema.

Lo primero que fuimos a ver este día sería la fortaleza Kalemegdan. Es un impresionante y enorme complejo de fortificaciones de diferentes épocas. El acceso es gratuito y es una vasta extensión de parque, desde el que se puede disfrutar además de unas bonitas vistas al río. Si se quiere también se puede visitar el pozo romano, por una pequeña cantidad. Durante la visita nos encontramos con un parque de dinosaurios, que es de pago pero que se puede ver desde el exterior y una exposición de armamento militar. 
Kalemegdan

Kalemegdan
Tras recorrerlo prácticamente entero, nos iríamos un poco hacia las afueras para visitar los alrededores de la Catedral de San Sava. La iglesia no está mal, pero no es de lo más espectacular de Belgrado. Lo que sí captó nuestra atención fue la feria de las abejas que se estaba practicando en sus inmediaciones. Curioso ver multitud de puestos, todos relacionados con el mundo de la apicultura.
Feria de la miel con la Catedral de San Sava al fondo
Con esto, nos fuimos comiendo un pequeño tentempié hacia la cervecería Samo Pivo Bar. Un enorme bar/pub con multitud de grifos de barril, que debía de tener gran ambiente un sábado pero que hoy domingo estaba bastante vacío. Nos tomamos un par de ricas cervezas locales y ya nos fuimos hacia el barrio gótico, que ayer nos quedó pendiente. Es muy pequeño pero merece la pena pasearlo tanto por la noche como por el día. 

Y, habiéndonos cundido bastante la mañana, ya partiríamos hacia el apartamento para recoger nuestro equipaje y partir rumbo a nuestro siguiente destino. Queríamos ir a Zenum, que se encuentra a las afueras de Belgrado, pero nos equivocamos con las indicaciones y ya no quisimos retroceder y seguimos hacia el encantador pueblo de Sremski Karlovci. El centro de este pueblo es muy pequeño pero tiene encanto, pero sobre todo el pueblo destaca por sus bodegas de vino. Siguiendo las opiniones de Tripadvisor, nos decantamos por visitar la bodega Podrum Probus. La señora es encantadora, tras llamar al timbre nos llevó a su bodega donde nos preparó para degustar 6 vinos de diferentes tipos, y todos bastante buenos. Nos iba explicando la historia del nombre del vino, y el tipo de uvas que llevaba. Si se desea, se puede repetir de alguno de los vinos; pero, tras catarlos todos, repetir ya es para valientes.Tras la cata, te puedes comprar las botellas de vino que quieras a un precio realmente bueno y, en ese caso, la cata es gratuita.
Cata de vinos
Con el buen sabor en la boca (literal y metafórico) visitamos el pueblo y nos tomamos un café en la plaza para despejarnos. 
Sremski Karlovci
Con eso, ya daríamos por terminada la parte de turismo del día y nos dirigiríamos a nuestro alojamiento nocturno, que sería en las inmediaciones del lago Palic, en el norte del país. Por suerte, aunque fue más de una hora de conducir, se trata de una autopista en muy buen estado y recta, por lo que el camino fue bastante cómodo.

Una vez en nuestro alojamiento, el dueño nos indicó donde podíamos cenar y, muy amablemente, se ofreció a llevarnos en coche. Cenamos bastante bien y a muy buen precio, cosa ya habitual en el país.

Tras un corto paseo, estaríamos de vuelta otra vez en nuestro alojamiento para descansar.
Lunes 9 de Octubre: Tras otro desayuno con el que podían haber comido muchos más, fuimos a dar un paseo por la zona del lago Palic. Es un sitio muy bonito y tranquilo para dar un paseo por el parque mientras se disfruta de la peculiar arquitectura de los pocos edificios que hay en el parque. Muy recomendable.
Palic

Palic
Nuestra siguiente parada sería ir a la cercana ciudad de Subotica. Se puede recorrer muy fácilmente pues el centro es muy pequeño. Tiene varias joyas dignas de ver como el Ayuntamiento o la Sinagoga, merece la pena dar un paseo por el centro.
Ayuntamiento

Sinagoga
Tras esta visita, volveríamos hacia el sur del país y, en concreto, a la ajetreada ciudad de Novi Sad. Dejamos el coche en un céntrico parking y nos dispusimos a recorrer la ciudad. El centro no es muy grande y se recorre muy cómodamente a pie. Se pueden visitar algunas iglesias, pero lo que más nos gustó fue sin duda la plaza del ayuntamiento y sus calles aledañas. La arquitectura de los edificios es bastante bonita y toda la zona tiene mucha vida, con muchas cafeterías y tiendas.
Novi Sad
Para nuestra siguiente visita en Novi Sad, volvimos a por el coche ya que se encuentra a las afueras de la ciudad y se puede subir hasta arriba con el coche. El destino sería la fortaleza de Petrovaradin. Se visita bastante rápido y se tienen unas bonitas vistas de la ciudad.
Vistas desde Petrovaradin
Y, con esto, nos pondríamos en carretera hacia el parque del Fruška Gora. Intentamos ir al lago Ledinačko jezero, pero se trata de un lago artificial, que no tiene agua en algunas épocas del año y sin mucha información para poder llegar a él. Nos tuvimos que conformar con dar un paseo por el bosque y retirarnos sin ver el lago.

Tras este primer contacto con la naturaleza decidimos ir hacia el alojamiento prontito para empezar el turismo pronto al día siguiente. Hoy cenaríamos en nuestro apartamento con la comida que teníamos de alguna compra.
 
Martes 10 de Octubre: Tras desayunar en nuestro apartamento, nos pondríamos a visitar la zona, famosa por la gran cantidad de monasterios ortodoxos. El día amanecía lloviendo por lo que quizá nuestra intención de hacer algún sendero que recorriera los monasterios no sería la mejor opción. Buscando información antes de venir de viaje, hicimos una lista con los más destacados. El primero que veríamos sería el de Jazak Monastery. Bonito monasterio del siglo XVI aunque la mayor parte es del siglo XVIII. Se restauró tras la segunda guerra mundial.

Jazak
El siguiente monasterio estaría en el mismo pueblo donde hicimos noche, Vrdnik Monastery. No sabemos si llegamos muy pronto pero la iglesia no estaba abierta, por lo que nos conformamos con visitar el recinto únicamente. 
Vrdnik
Y, con esta visita, continuamos yendo al monasterio más lejano Beocin Monastery. Este monasterio hubiera pillado mejor ayer pero por horarios es probable que ya hubiese estado cerrado. 
Beocin
Tras esta visita, hicimos un alto en las visitas a monasterios para visitar el Monumento de Iriski Venac, monumento dedicado a los soldados caídos contra el fascismo en la II Guerra Mundial.
Monumento Iriski Venac
Los siguientes monasterios del día, y los que más nos gustaron, serían el Novo Hopovo Monastery y Staro Hopovo Monastery. Primero se llega al nuevo monasterio, que consiste en dos pequeñas construcciones pero bastante bellas. Desde ahí, y a pocos kilómetros se llega al viejo. Se puede ir andando o en coche (lo que nosotros hicimos).
Staro Hopovo

Grgeteg
Luego pasamos por los monasterios de Grgeteg y Krušedol.

Con estos cuantos monasterios ya nos dimos por saciados y decidimos poner rumbo hacia Topola, donde haríamos un pequeño alto para visitar su iglesia. En el camino, paramos a comer en un restaurante que recomendamos tanto por trato como por precio como por comida. Además el dueño hablaba inglés, cosa no del todo habitual. Es el restaurante Jovanjica en el municipio de Maradik, cerca del monasterio de Krušedol.

Tras comer opíparamente partíriamos hacia Topola, a unas dos horas de coche. En esta ciudad destaca la Iglesia Oplenac. Por fuera no parece gran cosa, pero por dentro es sencillamente espectacular. Se ha de pagar por visitar y da derecho a otras visitas por la ciudad, pero nosotros no teníamos tiempo para ellas. La chica que nos vendió las entradas, también nos hizo una pequeña explicación acerca de la iglesia. 
Oplenac
El interior de la iglesia está cubierto de mosaicos de colores, formando espectaculares imágenes. Además tiene un nivel inferior, una cripta, con techos bajos y arcos, que merece la pena.
Interior de la Iglesia Oplenac

Interior de la Iglesia Oplenac
Tras tomar fotos de la iglesia, volveríamos al coche rumbo a nuestro apartamento. Durante el camino nos pillamos bastante tráfico de camiones y, dado que la carretera es de un sólo carril tardamos más de 2 horas en llegar al apartamento, pero al llegar nos esperaba una gratísima sorpresa. Resulta que el apartamento era una casa típica serbia de madera, con dos alturas. ¡No le faltaba detalle!. Se encuentra a las afueras de la ciudad de Uzići. 

Cenamos en nuestro acogedor apartamento por nuestra cuenta y ya nos fuimos a descansar.
Miércoles 11 de Octubre: Otro gran desayuno típico serbio para empezar con fuerza el día nos esperaba a la hora pedida el día anterior. Tras engordar algún que otro kilo más con él, nos pusimos rumbo a echar un vistazo a la ciudad de Uzići. En ella destaca la pequeña iglesia de madera. 
Iglesia de madera de Uzici
Tras un rápido vistazo ya que dejamos el coche momentáneamente mal aparcado, nos dirigimos a la cueva de Potpeće, a unos pocos kilómetros. Tras algún rodeo para conseguir salir de la ciudad, debido a las obras que había, llegaríamos a la cueva. Allí, existe un cartel con horarios y un teléfono para concertar visitas, todo en serbio. Así que nos contentamos con visitarla por fuera. Lo más destacable es su enorme entrada en forma de herradura.
Poptpece
Y, con eso, nos pusimos en camino hacia Sirogojno. Se trata de un museo al aire libre donde se pueden visitar diferentes casas serbias y los diferentes usos que tenían: casas, lecherías, establos, etc. Es bastante interesante. La mayoría son pequeñas y se visitan desde fuera, pero a algunas se puede entrar y verlas.
Sirogojno

Sirogojno
Nuestra siguiente parada sería el viaje en tren Eight Sargan. Teníamos las entradas reservadas para las 13:30 y aunque un poco apurados, al final llegamos sin problemas. Había un desvío en la carretera, pero las indicaciones de la alternativa estaban bastante mal indicadas. Finalmente, dimos con el desvío (que era un camino de cabras) y conseguimos seguir habiendo perdido sólo unos minutos. El Eight Sargan es un viaje en tren de época, aunque tirado por una locomotora actual. Cubre el recorrido entre los pueblos de Mokra Gora y Šargan Vitasi. No nos entusiasmó mucho el viaje pues se llega a hacer bastante largo, aunque se puede disfrutar de bonitos paisajes. 
Eight Sargan

Vistas desde el tren
A la vuelta a la estación, decidimos ir a comer allí mismo. Sorprendentemente, a pesar de ser un sitio muy turístico y con poca competencia, los precios y las calidades son francamente buenos.

Tras la comida, fuimos a visitar Drvengrad. Se trata de una villa tradicional serbia construida para una película del director serbio Emir Kusturica. Hay que pagar entrada para visitarlo. Por dentro es bastante curioso, con sus calles con nombres de cine y sus casas típicas. No es muy grande, pero está bastante cuidado todo.
Drvengrad


Drvengrad
Y ya con eso, volveríamos a nuestro alojamiento (Apartments Bogdanović) comprando previamente algo para cenar en él. Nuestro anfitrión nos recibió a mediodía con una botella de licor casero, dos cervezas, una botella de zumo, una botella de agua y alguna fruta. ¡Muy buen recibimiento!

Jueves 12 de Octubre: Hoy haríamos una pequeña incursión en Bosnia y Herzegovina, por recomendación de nuestro anfitrión. A muy pocos kilómetros de la frontera se encuentra Andricgrad. Se trata de una ciudad de piedra construida para la misma película que Drvengrad. Me gustó menos que ésta última, pero aún así merece la pena pasarse a verla. 
Andricgrad

Andricgrad

Tras pasear esta ciudad de piedra nos tocaría carretera hasta llegar al Monasterio Mileseva. Este monasterio nos gustó bastante. Aparte de por los omnipresentes frescos típicos de los monasterios ortodoxos, este monasterio está en un entorno muy bonito y los edificios que bordean la iglesia hacen de este monasterio uno de nuestros favoritos.
Mileseva

Mileseva
Tras visitar el monasterio nos pusimos a buscar donde comer. Nos costó un poco encontrar algún restaurante, pero encontramos uno cerca de la frontera con Montenegro, donde comimos aceptablemente. 

Con esto dejaríamos atrás este acogedor país que es Serbia, y volveríamos a entrar en Montegro, donde visitaríamos el Durmitor Nacionalni Park. La primera parada que haríamos en el parque fue al cruzar el puente que atraviesa el cañón del río Tara. Allí se puede hacer tirolina si se desea, pero nosotros nos conformamos con disfrutar de las estupendas vistas a ambos lados del puente.
Durmitor Nacionalni Park
Y, finalmente, llegaríamos a nuestro alojamiento donde encargaríamos cena en nuestro apartamento (delicioso pescado de la laguna negra). En nuestra estancia tuvimos la suerte de que pocos días atrás había nevado por lo que se podía disfrutar de una bonita estampa en los alrededores. 

Y, el día ya no daría más de sí, nos iríamos a descansar para disfrutar mañana de un buen trekking por el parque.
Viernes 13 de Octubre: Como ayer adelanté, tras desayunar en nuestro apartamento decidimos ir a visitar la parte más conocida del parque, la Laguna Negra. Existen varias formas de ir y a nosotros nos apetecía mucho pasar la mañana en la naturaleza, así que hicimos el camino desde nuestro alojamiento (en el camping pero no recomendamos este alojamiento). El camino no es exigente y fue muy bonito andar por los bosques parcialmente nevados. Hay que seguir las marcas rojas y blancas, pero hay que tener cuidado porque todos los caminos de la zona se marcan con los mismos colores y tienes que saber que hay que torcer a la derecha al llegar a la torrentera. Nosotros seguimos las marcas y giramos a la izquierda. No nos importó porque estaba el bosque bastante bonito. Finalmente ya llegaríamos a la bonita laguna negra y nos sentamos en una roca al solecito a tomar algo. 
Sendero hacia la Laguna Negra

Laguna negra
Y ya nos tocaba volver y lo hicimos más o menos por el mismo camino. Cerca ya del mediodía llegaríamos a por nuestro equipaje y iríamos a la captura de otro indispensable del parque, los stecci.  Se trata de monumentos tallados en piedra entre los siglos XII y XVI. Existen dos yacimientos: Bare Xugica y el cementerio griego (Grieko gobje). Nosotros visitamos ambos, yendo primero a Bare Xugica, pues es el que tiene mayor cantidad. El siguiente, aunque tiene menor cantidad, tiene unas preciosas vistas a algunos lagos menores y a las montañas, además de alguno bastante bien conservado.
Bare Xugica

Grieko gobje
Tras comer algo en el coche, nos pusimos rumbo al monasterio de Ostrog. Existe dos formas de ir, ya que en los últimos años han añadido una carretera mejor que la original. Nosotros fuimos por la original, y es verdad que tiene algún tramo sin quitamiedos pero tampoco había mucho tráfico por lo que no fue para tanto. De todas formas, al día siguiente que tendríamos que hacer el camino inverso, previendo mayor tráfico optaríamos por la nueva carretera.

Hoy dormiríamos en el mejor hotel de nuestra estancia (en cuanto a categoría), el Hotel Sokoline. Tanto desde la terraza del hotel como desde nuestra habitación las vistas al monasterio de Ostrog y de las montañas son impresionantes. 
Vistas desde la habitación
Cenaríamos en el mismo hotel pues no son carreteras para ir por ellas mucho de noche. La cena estuvo bastante bien, más cara que en días anteriores pero aún así bastante bien. Hoy nos iríamos pronto a dormir pues queríamos madrugar bastante al día siguiente para llegar al monasterio muy pronto.
Sábado 14 de Octubre: Aunque hoy ya terminaba nuestro viaje, nos dio tiempo a hacer y disfrutar bastante turismo. Hoy madrugaríamos para visitar el Monasterio de Ostrog. Es un sitio curioso y algo inquietante. Sabíamos que era un sitio de peregrinación, pero éramos los únicos turistas que se veía, el resto era gente que iba de visita religiosa.
Ostrog

Ostrog
El monasterio destaca por su ubicación, en la parte alta de la ladera de la montaña. Consta del monasterio alto y el monasterio bajo.

El coche se puede dejar tanto en el parking del monasterio alto como en el del bajo. En teoría, en el alto hay dos parkings, uno para la gente sin problemas y otro para gente anciana, enferma o con alguna discapacidad. Nosotros lo dejamos en el primero, pero luego vimos que había mucha gente que aparcaba sin ninguna consideración en el superior. 

Tras dejar el coche, hay que subir unos escalones de piedra para encontrarse con el monasterio superior. Tiene dos iglesias, El templo de la presentación de María, donde se encuentran las reliquias del Santo Basilio. Si se quieren visitar, hay una larga y lenta cola para poder verlas. Nosotros, al principio, estuvimos en la cola. Al ver que no avanzaba y que unos pocos parecían acceder sin hacer la cola, preguntamos y nos dejaron entrar a ver la otra iglesia muy amablemente. Esta iglesia tiene unos bonitos frescos y en la parte superior se puede ver una parra que, según la leyenda, surgió de la roca en el sitio donde el santo murió.

Tras visitar la iglesia, volvimos al coche y lo dejamos en el aparcamiento de la parte baja, donde se encuentra la Iglesia de la Santa Trinidad. Es una pequeña iglesia con unos bonitos frescos, además cuando fuimos estaban oficiando misa, lo cual fue curioso de presenciar.
Y, con esto, dábamos por visitado este peculiar monasterio y regresamos al hotel a disfrutar de otro abundante desayuno. También aprovechamos para hacer algunas fotos del espectacular entorno del hotel y del monasterio.
Tras lo cual, ya sí pondríamos rumbo a Croacia para devolver el coche. Aún haríamos una mini parada más, pues al pasar por la ciudad de Nikšić, que está rodeado de dos bonitos lagos. Así que esperamos hasta dar con un sitio donde dejar el coche y hacer alguna foto del Lago Slano. También aprovechamos a comprar algo de fruta en el puesto de fruta que había. 
Lago Slano
Pensábamos que ya no haríamos más paradas hasta llegar al aeropuerto; pero, al volver a ver las cristalinas aguas del adriático, no pudimos decir que no a tomar algo en alguno de los bares con vistas a la bahía de Kotor para despedirnos. 
Bahía de Kotor
Y ya finalmente llegaríamos al aeropuerto de Dubrovnik, donde devolveríamos el coche de alquiler sin ningún problema. Ya aprovechamos para comer algo en el aeropuerto (muy poca oferta)  y esperar a que se abriera el embarque para poner rumbo a Madrid por la tarde.