sábado, 10 de septiembre de 2016

Canadá, costa oeste en caravana

Este sería nuestro primer viaje en caravana, pero nos ha gustado tanto que seguramente no sea el último. Da mucha libertad el poder parar en cualquier sitio y tener siempre para cocinar, usar el baño o cambiarte de ropa. Al ser nuestra primera incursión en el mundillo caravana y campings no quisimos ser muy alocados y fuimos con todos los campings reservados y, salvo uno, todos tenían agua y electricidad. En nuestras próximas aventuras nos centraremos más en buscar sitios espectaculares (que aún así alguno hemos tenido) pues es perfectamente viable y cómodo no disponer de agua (o electricidad) durante algunos días.
En cuanto a la caravana, he de reconocer que fue gracias a mi marido el que nos lanzáramos y he de agradecérselo absolutamente, pues ha sido una gran experiencia. 
Viajar en caravana y camping en lugar de coche y hotel no es más barato pero merece la pena. Miramos en muchas empresas para contrastar precios y horarios (pues nosotros queríamos apurar el viaje así que queríamos recogerla lo más pronto por la mañana y entregarla por la tarde). Finalmente dimos con Ambassador RV en Vancouver y estamos contentos con sus servicios durante todo el proceso, siempre muy amables y contestando todas nuestras infinitas preguntas de novatos.
Nuestra idea original era una furgoneta convertible pero no encontramos ninguna empresa que tuviera disponibilidad para las fechas en las que íbamos (¡y eso que miramos con 4-5 meses de antelación!). Así que allá que nos lanzamos con una autocaravana de poco más de 7 metros.
Para que salga algo más económico hay que cambiar el chip y no conducir a la misma velocidad que si fueras en coche porque consume mucha gasolina. Además es importante no ir con peso extra, por ejemplo, con mucha agua negra o gris o con el depósito de agua limpia muy lleno.

Por último, en Canadá hay que vigilar el depósito de gasolina puesto que, en algunas zonas, puede haber varios cientos de kilómetros sin que haya alguna. Además tienen la rara costumbre de avisártelo justo al rebasar la gasolinera, en lugar de avisártelo justo antes.
Y... ¡por fin llegó el día!

Sábado 10 sept: Vólabamos con Air Canada y saldríamos prontito de Madrid para coger el primero de los vuelos con destino Toronto. Allí teníamos unas dos horas para la salida del segundo vuelo con destino Vancouver, tiempo suficiente para todos los trámites: control de pasaportes, cambio de terminal y paso de seguridad. 

Ambos vuelos fueron puntuales y sobre las cuatro de la tarde ya estábamos en el aeropuerto de Vancouver. Tras recoger las maletas, quisimos cambiar un poco de dinero (pero realmente no es necesario cambiar tan pronto y a un tipo tan malo). Como no sabíamos si podríamos necesitar dinero canadienses para el traslado a la ciudad cambiamos 100 euros y nos quedamos más tranquilos. 

Para ir al centro hay que subir a la última planta para coger el tren (Canadian Line) que te deja directamente en el Downtown (parada Vancouver City Centre). Los billetes se compran en las máquinas que están junto a la plataforma y de hecho para pagar sólo vimos opción de hacerlo con tarjeta. Si se viaja en determinados horarios sólo es necesario pagar una zona (en sábados así es) y si no, son dos zonas.

Antes de pasarnos por el hotel fuimos a cambiar más dinero, ahora a un tipo de cambio realmente bueno, lo habíamos buscado por Internet y fue todo un acierto. El sitio es Charlie Currency Exchange y la dirección 827 Granville Street. En Canadá realmente no es muy necesario el efectivo pues en casi todos los sitios que vimos aceptaban tarjeta: restaurantes, tiendas de souvenirs, supermecados, restaurantes, hoteles, campings, etc. Pero no está de más llevar algo por si acaso.

Tras cambiar ya sí que nos pusimos rumbo al hotel Barclay Hotel. Nuestra primera impresión del hotel fue bastante buena, en nuestro segundo hospedaje nos topamos con una situación un tanto extraña pero el hotel está bastante bien (sin ascensor).

Una ducha que nos sentó de maravilla, un organizar un poco el equipaje y ya nos pusimos en rumbo a hacer algo de turismo.

En un paseo de unos 10 minutos nos plantamos en English Bay. Es un bonito sitio para ver la puesta de sol contemplando el mar y es un pequeño paseo muy agradable. Ahí podemos contemplar un Inukshuk, típico de la cultura aborígen. Al caer el sol buscamos un sitio para cenar y tomar dos cervezas locales (¡qué de cervezas íbamos a probar en este viaje!). Y ya poco más daba de sí un día de más de 24 horas así que tomamos rumbo al hotel a descansar.


English Bay

English Bay
Domingo 11 sept: Justo pegando al hotel se encuentra el Cora Breakfast&Lunch, super recomendable para empezar el día con un desayuno de campeones, una gran variedad de platos muy contundentes y muy buenos.

Ejemplo de desayuno
Tras darnos un buen homenaje nos encaminaríamos al Stanley Park. Es un parque urbano inmenso. Dentro podemos encontrarnos con dos lagos, el Lost Lagoon y el Beaver Lagoon. El parque también conecta con el mar, existiendo un paseo muy bonito desde donde se puede ver la ciudad de Vancouver y, más adelante, el faro y el puerto. Es frecuente poder ver aves en este parque.

Stanley Park

Stanley Park
Lo más conocido del parque puede que fueran los Totem Poles, unos coloridos totems.

Totem Poles
Rondando ya el mediodía pondríamos rumbo a Vancouver Lookout, un buen mirador para ver la ciudad. Con el mismo ticket también se puede entrar por la noche. Nosotros no fuimos pues preferimos estar en Grandville Island como contaré más adelante.
 


Vancouver Lookout
Nuestra siguiente parada sería el barrio de Gastown. Es el barrio más antiguo de Vancouver, donde destaca el Steam clock, un reloj de vapor que cada 15 minutos entona música.  

Steam Clock
Quitando el reloj, que es curioso de ver y las varias tiendas de souvenirs que hay, el barrio no nos entusiasmó demasiado pues no tiene muy buen ambiente; y, aunque no creo que sea inseguro, no paseabas del todo tranquilo. Pegado al Gastown se encuentra el Barrio Chino. Es el segundo barrio chino más importante de Norteamérica, donde destacan jardines llamados Dr Sun Yat-Sen Gardens, de entrada gratuita y la inmensa puerta Milenium Gate.

Dr Sun Yat-Sen Gardens

Millenium Gate
Con esto consideramos que habíamos visto lo principal de Vancouver; y, como era pronto, nos fuimos dando un paseo a Grandville Island. Es un largo paseo hasta llegar a la isla, donde lo que predominan son los bares y restaurantes.

Una vez allí, nos dirigimos a la cervecera local Grandville Island Brewing, donde por unos 18 euros se pueden degustar 10 cervezas artesanas, muy distintas entre sí. Aquí coincidimos con una pareja de mexicana y australiano, con los que estuvimos charlando un rato y nos regalaron una foto Polaroid, un buen recuerdo.



Degustación de cervezas en Grandville
Para volver al hotel decidimos subir al puente y desde ahí tomar algún autobús, pues no merecía la pena repetir el camino andando.

Y con esto terminaría nuestra visita a Vancouver, ciudad que realmente no nos emocionó aunque tiene sus pequeños rincones. Ahora tocaba dormir, que mañana nos esperaba nuestra caravana.
Lunes 12 sept: Tras darnos un último homenaje en el Cora (esta vez ya sí que creo que tomamos todas las calorías del día en un ratito), tocaba recoger todo porque teníamos el pick up concertado con Ambassador a las 9, hora a la que vendría un taxi a nuestro hotel para llevarnos a recoger la caravana. Tras 45 minutos llegaríamos a la empresa y empezaría el proceso de recogida de la caravana. No es un proceso rápido y más si se es novato, como era el caso. Te enseñan el funcionamiento de la caravana verbalmente, pero también te dan una pequeña guía en papel.

Así que tras unas dos horas de explicaciones de la caravana nos pusimos rumbo a nuestra pequeña aventura.

Nuestra primera parada sería como a una hora de camino para hacer una compra grande de comida en un supermercado que nos habían indicado en Ambassador. Este proceso tampoco fue rápido ya que había que comprar bastantes cosas y luego colocarlas en la caravana.

Tras este proceso, nos pondríamos rumbo hacia el Manning Provincial Park, donde teníamos previsto hacer nuestra primera parada para comer. Nosotros dejamos el coche en el área de día del Lightning Lake.

Lightning Lake
Y ahí es cuando empezamos a darnos cuenta de lo chulo que iba a ser nuestro viaje con autocaravana. Poder disfrutar de comidas en entornos preciosos es increíble.

Tras comer y unas cuantas fotitos, nos ponemos ya con rumbo nuestro destino final, que sería Penctinton. Tras aparcar nuestra caravana, nos dirigimos al pueblo a cenar. El sitio elegido sería Bad Tatoo Brewing, sitio que habíamos buscado porque realizan sus propias cervezas y tienen unas pizzas muy originales. Allí cenaríamos y compraríamos varias cervezas para tomar durante nuestro viaje.

Y así terminaría nuestro primer día de caravana, prácticamente un día de transición.
Martes 13 sept: Hoy partiríamos rumbo a Knox Mountain Park, en la ciudad de Kelowna. Existen varias rutas para pasar la mañana en un entorno natural, en muchos casos con vistas al enorme lago. Aquí tuvimos nuestro primer encuentro con animales y es que tumbados tranquilamente había dos ciervos.

Knox Mountain Park
Ciervos en el camino
Aprovechamos algún banquito con vistas al lago para hacer una parada técnica para almorzar, tras lo cuál ya decidimos volver a nuestra caravana. Una vez en ruta decidimos hacer algo más antes de llegar a Revelstoke, así que echamos mano de mapa y encontramos un parque provincial, el Kalamalka Provincial Park. Allí estuvimos haciendo alguna ruta y también aprovechamos para merendar.
Kalamalka Provincial Park
Tras estos dos parques ya nos pondríamos en el camino hacia Revelstoke, zona alpina de gran belleza, conocida como la puerta de las Rocosas, donde pasaríamos la noche en nuestro primer camping con fire pit, así que aprovechamos para hacer barbacoa para cenar, todo un lujazo.
Miércoles 14 sept: Hoy nos adentraríamos en plenas montañas rocosas, lo que implicaría cambio de provincia y cambio de hora (en Alberta es una hora menos que en British Columbia). Nuestra primera parada sería el Giant Cedars Boardwalk Trail dentro de  Mount Revelstoke National Park. Es un recorrido de 500 metros por unas pasarelas de madera donde se pueden observar estos árboles altísimos. En la caseta nos hicimos con los abonos anuales para visitar los parques nacionales. Es obligatorio disponer de uno por persona y día para cada parque nacional, así que nos salía algo más rentable comprar el abono anual (que al estar de aniversario nos iba a valer para dos años). Además también es un ahorro de tiempo el no tener que buscar una caseta para comprar el pase en cada uno de los parques.

Siguiendo por la carretera, disfrutando de lo lindo de las vistas, que eran realmente bonitas, entraríamos en el Glacier National Park. Allí está el Hemlock Grove Boardwalk Trail, otro recorrido breve por un bosque sobre pasarelas de madera.
 
Siguiendo por la carretera, llegaríamos al mítico Rogers Pass en el Glacier National Park. El Roger Pass es un pase de montaña donde se puede parar para hacer alguna foto.

Roger Pass
Por esta misma carretera se llega al bello Yoho National Park, recorriendo espectaculares paisajes hasta llegar a la frontera del British Columbia  y atravesarla hasta la provincia de Alberta a través del impresionante Kicking Horse Pass, uno de los puntos más espectaculares del parque. En este punto, decidimos hacer un alto en el camino y aprovechar un area de descanso para comer. El sitio era muy bonito con vistas al río.

Kicking Horse
Tras comer nos equivocamos con las indicaciones del GPS y llegamos hasta el pueblo de Lake Louise. Aprovechamos para echar gasolina y preguntar por el recorrido que queríamos hacer (sin éxito). Así que decidimos retroceder e improvisar sobre la marcha. 

Así decidimos parar en lo que se llama Spiral Tunnels para ver de qué se trataba. Es un mirador con paneles explicativos donde te explican cómo los trenes pueden vencer el gran desnivel de la montaña con la construcción de los túneles en espiral.

Otra vez en camino, seguimos hasta el Natural Bridge. Se trata de una zona del río Kicking Horse donde las piedras forman un puente natural. Es una zona muy bonita. 

Natural Bridge
Cerca del parking sale un trail de poco más de 2 kilométros que te lleva hasta la unión de tres ríos, llamado Junction - Emerald River Trail.

Junction - Emerald River Trail
La vuelta la hicimos a paso ligero pues queríamos llegar a  Lake Emerald antes de que se hiciera de noche. Existe un trail que recorre la orilla del lago y merece la pena. Existe algún cartel explicativo a lo largo del camino. Completando ya el camino vimos una señal que indicaba el parking y ésa tomamos, pero creo que no es la mejor opción pues se nos hizo bastante largo, llegando a pensar que nos habíamos equivocado.

Lake Emerald
Y ya sin tiempo para más nos dirigimos al camping de Lake Louise. 

Jueves 15 sept: Nuestra primera parada del día sería Moraine Lake. La carretera está cerrada si las condiciones climáticas no lo aconsejan, pero en las fechas en las que fuimos no había ningún problema. Aún así, la carretera está siempre abarrotada y los parkings son escasos, nosotros tuvimos que dejar la caravana en un lado de la carretera teniendo que calzarla para que no estuviera inclinadísima. Es aconsejable llegar pronto porque hay un cupo de entrada y se puede llegar a formar cola de coches para acceder a la pequeña carretera que comunica la carretera principal con el lago (con controles que a medida que van saliendo coches van dejando entrar).

Tras unos pocos de nervios porque nos costó dejar la caravana aceptable, nos dirigimos a ver el espectacular lago. La mejor vista se tiene desde la Rock Pile. A primera hora no se aprecia bien el bonito color del lago pero a medida que se acerca al mediodía el sol va dejando ver esos colores azulados picos de los lagos glaciares.

Vistas de Moraine Lake desde Rock Pile
Tras hacer un poco el cabra y subir la rockpile por las rocas (hay escalones por la parte trasera), hicimos varias fotos y nos dispusimos una vez en tierra a hacer el Moraine Lakeshore Trail. Son 2,4 kms en un camino fácil y donde hay mucha menos gente, llegando al otro extremo del lago. Realmente recomendable.

Moraine Lake
En torno al mediodía nos dirigimos al Lake Louise, donde planeábamos comer. Este lago es muy turístico, de hecho hay un gran hotel que desentona con la naturaleza, pero aún así es un lago muy bonito y sentarse en un banco a comer viendo el lago es francamente agradable. En Lake Louise sólo estuvimos el rato de comer y hacer unas fotos porque personalmente me gustan más los entornos plenamente naturales y el lago, aunque bonito, es demasido turístico.
Lake Louise
Así que pronto por la tarde nos fuimos a Kootenay National Park, donde visitaríamos el Marble Canyon. Desde el parking al cañón son unos pocos metros y la ruta es muy fácil y corta. El cañón es bastante bonito y vimos una ardilla un tanto rara. Se llaman terrestres y tienen la cola más corta que la típica ardilla arbórea a la que estamos acostumbrados (y que también abunda en Canadá).

Marble Canyon

Ardilla en Marble Canyon
Al poco del inicio de la ruta al cañón, a mano izquierda, salen otras rutas, así que al terminar el cañón nos animamos hasta llegar a los llamados Paint Pots. Si se quiere se puede acercar el coche a otro parking que te acerca bastante a los Paint Pots, pero nosotros hicimos la ruta a pie siguiendo el Ochre Creek Trail (unos 3 kilómetros). Los Paint Pots nos gustaron bastante; pues, pese a su sencillez nos parecieron algo original y curioso. Son unas charcas naturales formadas por unos manantiales naturales donde el agua brota rica en óxido de hierro. Están rodeados de terrenos ocres y rojizos, materiales con los cuales los aborígenes pintaban su cuerpo. Existen carteles que explican los procesos y utilidades.
Paint Pots


Paint Pots

Tras hacer el camino inverso de vuelta al coche, nos encaminamos al camping situado en Banff (Tunnel Mountain Trailer Campground).
Viernes 16 sept: Hoy terminaríamos de visitar los principales lugares cerca de Banff. Así, empezaríamos por el Johnson Canyon. Para dejar el coche hay un pequeño parking que cuando fuimos estaba lleno, a pesar de ser muy pronto por la mañana. Pero también existe el parking del camping que está habilitado para poder aparcar para visitar el cañón. Desde aquí son unos 200 metros más hasta llegar al cañón. El cañón se divide en dos visitas, que son las Lower Falls (1'1 kms) y las Upper Falls (2,6 km), compartiendo ambas una parte del camino. Ambas visitas me parecen recomendables y no son recorridos largos.



Johnson Canyon

Johnson Canyon
Al terminar la ruta de las Upper Falls, sale otra ruta hacia lo que llaman Ink Pots (3 kilómetros). Así que, como teníamos tiempo y nos había gustado tanto los otros pots que habíamos visitado, nos animamos a hacer el trail. Este trail ya es un poco más complicado que las rutas del cañón. Aún así merece la pena y se puede hacer. 

Ink Pots
Los Ink Pots están en un enclave muy bonito y son unas lagunas pequeñas donde el agua brota del suelo y se puede ver burbujear o remover la arena del fondo. Aprovechamos para comer algo y, tras hacer varias fotos, volvimos hacia la caravana.

Queríamos llegar a Johnson Lake a comer, pero estaba cerrado el acceso así que replanificamos y fuimos a comer a Two Jack Lake. Es un sitio bonito para comer además pudimos ver varias cosas curiosas como una boda y un rodaje (no sabemos si de una serie, una película o algo así). 

La siguiente parada del día sería en el Lake Minnewanka, de los lagos más grandes que vimos. Dimos un paseo por la orilla del lago, donde hay varios bancos y merenderos. Siguiendo el camino por el lago y entrando a la zona de bosque se llega hasta Stewart Canyon, lo cuál no merece mucho la pena. Únicamente recomendamos llegar hasta el puente de madera que cruza el río. A la vuelta aprovechamos los varios merenderos para comer algo disfrutando del lago. 

Minnewanka Lake
De vuelta a Banff vimos muchos coches parados en la carretera, y gente fuera haciendo fotos así que pudimos dejar la caravana sin molestar y descubrimos qué generaba tanta expectación. Tres machos wapitis (son como ciervos pero de mayor tamaño) comiendo al lado de la carretera. Fue muy emocionante pues además pudimos ver una pequeña pelea entre dos de ellos.

Wapitis
Y la última parada del día sería para ver las Bow Falls. Se puede ir andando desde el pueblo de Banff, pero nosotros acercamos el coche hasta el parking. También existe un pequeño paseo de unos 100 metros para poder ver el río hasta llegar a las cataratas y merece la pena.

Bow Falls
Y esto fue todo en Banff.
Sábado 17 sept: Hoy sería uno de los días que más me gustó del viaje, empezando por la Icefields Parkway, que es la carretera que tomaríamos hoy y que es simplemente espectacular. 

Vistas desde la Icefields Parkway
Nuestra primera parada sería en Peyto Lake. Desde el parking se sigue un camino de pocos minutos hasta llegar al mirador del lago. El lago es precioso, encima tuvimos la suerte de que salió el arco iris en varias ocasiones.

La mayor parte de la gente se queda en la plataforma mirador pero nosotros habíamos leído que existe otra alternativa y la recomendamos. Siguiendo durante un corto periodo el trail circular que sale desde la plataforma y, al llegar a la zona de árboles, se sigue durante pocos minutos por el camino de tierra hasta llegar a una zona donde se estará prácticamente sólo y se tendrán unas vistas, en mi opinión, mejores que las que se ven desde la plataforma.

Peyto Lake
Con las imágenes todavía en la retina volvemos a nuestra caravana y seguimos por la Icefields Parkway. Decidimos parar en Mistaya Canyon, otro bonito cañón.

Mistaya Canyon
Rondando ya la hora de la comida, nos encontramos con un bonito merendero (Coleman Creek Day Use Area) y allí que comimos y nos tomamos el café.
 
Tras alguna pequeña parada sólo para sacar fotos, nuestro siguiente punto del itinerario sería el Columbia Icefields Discovery Centre.

Es un centro de interpretación sobre el campo de hielo Columbia Icefield. Un campo de hielo es una gran extensión muy elevada, rodeada de picos, unión de varios valles, donde nieva abundantemente, y el hielo se acumula hasta desbordarse en varios glaciares en varias direcciones. El centro se encuentra a los pies del Glaciar Athabasca y desde allí salen rutas para acercarse a él.

Columbia Icefield
Hay una excursión que te lleva a una pasarela de cristal y otra excursión que además de eso, te lleva en autobuses "oruga" por el hielo y te deja 20 minutos para andar por el glaciar. Esta última nos pareció muy cara, a parte que tampoco le veíamos mucho interés así que contratamos únicamente la parte de la pasarela de cristal. Estuvimos haciendo tiempo hasta nuestra hora de salida haciendo alguna foto, visitando la tienda y viendo el pequeño vídeo que te ofrecen en la planta baja.

Llegada la hora  de la excursión te llevan en autobús durante unos 5 minutos a la plataforma donde está la pasarela. Allí, te dan una audioguía en inglés y vienen varios paneles informativos antes de llegar a la pasarela en sí. Como el día estaba lluvioso dio menos impresión la pasarela, pero aún así las vistas son bonitas y no se pueden ver de otra forma porque no hay sitio donde dejar un coche particular.


Vistas desde la pasarela de cristal

Pasarela
Finalizada la excursión y antes de seguir nuestra ruta, nos acercamos al parking que está más cerca del glaciar y en un corto recorrido se puede llegar hasta muy cerca.

A los pies del glaciar Athabasca
Con eso ya nos pondríamos rumbo a nuestro último destino del día, que sería las Athabasca Falls. Desde parking a las cataratas es un corto paseo y las cataratas son bastante bonitas.

Athabasca Falls
Y ya casi anocheciendo y muy cerca del camping, nos encontramos con que a un lado de la carretera hay dos wapitis macho, y en el otro lado de la carretera varias hembras. Así que nos echamos a un lado de la carretera y empezamos a sacar fotos. Como es lógico, se nos empezó a unir más gente y eso no gustó nada a los machos que estaban en época de celo y por tanto territoriales. Así que nos metimos en la caravana justo a tiempo, pues el macho dominante ya iba a defender a sus hembras y casi embiste a un coche, que pudo escapar en el momento justo.

Con la adrenalina al máximo llegaríamos al camping de Jasper donde teníamos reservado un sitio con opción de hacer fuego. Tuvimos que comprar la leña ahí porque no te dejan usar madera de fuera por tema de plagas. 

Barbacoa
Domingo 18 sept: Hoy sería un gran día (o más bien una buena mañana) en cuanto a animales se refiere. Nada más ponernos en camino y sin salir del camping, vemos un wapiti en la pradera. Tras las fotos de rigor, seguimos el camino y a los pocos minutos vemos a otro wapiti con sus hembras, así que más fotos.
Wapiti
Seguimos rumbo a Maligne lake, pero en el camino nos topamos con unas cabras a pie de carretera, así que parada y fotos. Además el entorno ya merecía de por sí pararse a hacer fotos. 

Cabras
Emocionados andábamos cuando ya cerca de Maligne Lake vemos unos coches parados, lo que significa que algo hay. Nos acercamos sin saber a qué están sacando fotos y, la sorpesa que nos llevamos cuando vemos entre los árboles a dos alces, un macho y una hembra. Guau.

Alce macho
Así que bastante más tarde de lo que pensábamos, pero encantados llegamos a Maligne Lake y nos ponemos a bordearlo durante un tiempo (no hicimos la ruta completa). 

Maligne Lake
Con eso ya nos pareció bastante y volvimos a la caravana pues ya empezaba a haber hambre. Habíamos visto un merendero a pocos minutos de llegar al lago así que allí paramos. Estuvimos solos comiendo muy a gusto con unas vistas preciosas.  

A muy buena hora nos encaminamos al Maligne Canyon. Para recorrerlo,se puede hacer del sexto al primer puente o al revés, ya que se puede dejar el coche en ambos puentes. Lo más bonito está en los primeros puentes, así que yo recomendaría empezar por el primer puente y decidir cuándo queréis daros la vuelta, ya que no es una ruta circular. La distancia es de 3.7 km del primer puente al último, así que todo el camino es algo más de 7 kms. Nosotros hicimos hasta el quinto puente puesto que la parte del cañón a partir de este punto ya no es tal y es simplemente río. Además, la distancia del quinto al sexto puente es la mayor de todas.

Maligne Canyon

Maligne Canyon
Una vez hecho el camino de ida y vuelta al quinto puente, decidimos ir en coche al parking del sexto puente por saber si nos habíamos perdido algo interesante. Como sospechábamos era sólo río; que, aunque no dejaba de ser bonito, no nos merecía la pena invertir el tiempo en eso. 

Finalmente, fuimos a visitar el pueblo de Jasper, donde hicimos alguna compra de comida. También entramos en una tienda de licores para comprar alguna cerveza y algún vino. Nos quedamos locos con la cantidad de cervezas que había.

Y con esto, nos fuimos al mismo camping a hacer la barbacoa de cada día, esta vez con bastante luz para variar.
Lunes 19 sept: Hoy tendríamos por delante bastantes horas de carretera, además que el día estaba amenazando lluvia. Al volver a British Columbia tocaba volver a ocar cambiar el reloj, así que el día también iba a tener una hora menos. 

Decidimos hacer la primera parada en Sugarbowl-Grizzly Den Provincial Park and Protected Area. Nos costó encontrar el parking puesto que estábamos buscando uno bien señalizado y grande como los que habíamos visto hasta ahora. Este parking es un pequeño espacio de tierra al lado de la carretera sin ninguna señalización. Dejamos la caravana y nos dispusimos hacer el trail que va hacia la Caribou Meadow. El trail no es nada fácil, tiene mucha elevación y el terreno es en muchos tramos de barro y charcos relativamente profundos. El camino es bonito, pero mi cabeza no estaba por la labor de disfrutar porque detesto ese tipo de terrenos en los que termino siempre con los pies empapados. Así que la subida nos llevó bastante más de lo que nos suele llevar, pero bajamos a toda velocidad, así que en media compensamos. 

Tras el medio fiasco de este trail decidimos ir a un parque con lago que venía en el mapa de carreteras, pero estaba visto que el día no estaba de nuestro lado. Cuando llegamos, estaba cerrado, y ya teníamos tanta hambre y se había puesto a llover tanto que decidimos echarnos a un lado y comer.

Por suerte, al terminar de comer ya parecía que lo más fuerte había caído y ya empezaba a escampar. Llegamos a media tarde a nuestro camping y eso ya compensó el día que no había sido muy agradable. Teníamos unas vistas envidiables y otra vez nos vino el arco iris a saludar. Así que una buena barbacoa viendo el lago, probando un buen vino y se me olvidó el trail de la mañana. El camping era el Piper's Glen Resort, de los mejores que nos encontramos. 

Nuestra caravana en el camping

Arcoiris en el camping
Martes 20 sept: Hoy nos tocaba otra vez una jornada de conducir, pero con varias paradas interesantes. 
La primera fue porque vimos un oso justo al lado de la carretera. ¡Impresionante! Aparcamos en el arcén y nos bajamos con bastante miedo y respeto (vale, me bajé con miedo y respeto) y le hicimos alguna foto respetando la distancia.

Oso en la carretera
También veríamos tres ciervos huidizos a los que a penas conseguimos sacar alguna foto decente.Y también lo que nos pareció un zorro.

Seguimos y ya cerca de la hora de comer, buscamos qué había cerca y llegamos hasta Tyhee Lake Provincial Park. Comimos dentro de la caravana, pues hacia un poco de frío para mi gusto, pero podíamos ver algo del lago.

Nuestra primera parada planificada fue al llegar al pueblo de Smithers. Al llegar nos fuimos directamente a la zona del río. Allí aparcamos en la zona del camping y nos tomamos un café viendo cómo trabajaban los pescadores.
 
A pocos kilómetros de Smithers están las Twin Falls. Para llegar allí hay que ir por una carretera bastante básica durante unos 4 kilómetros. Dejamos el coche y nos ponemos rumbo a ver las cataratas. Es un corto recorrido donde primero se tiene un pequeño mirador y más adelante se llega hasta el pie de una de las cataratas. Supongo que sería por la época del año pero sólo vimos una catarata, la otra era sólo un pequeño chorro, pero estuvo bien el paseo.

Twin Falls
Nos volvemos a poner en camino hasta llegar a Moricetown y, más concretamente, hasta Moricetown Canyon. En este cañón se puede ver a los indígenas locales pescar el salmón a la manera tradicional. Nosotros llegamos justo para verlos durante unos minutos, pues al poco de llegar terminaron de trabajar. Estuvimos hablando un poco con una pareja de pescadores y al final nos vendieron una bolsa de Coho Salmon por 30 dólares, unos 20 euros. Nos pareció muy buen precio habiendo visto los precios en los supermercados. En días posteriores pudimos comprobar que no sólo fue buen precio, es que nos resultó el mejor salmón que habíamos probado nunca, ¡qué sabor!

Pescadores en Moricetown Canyon
Tras hacer la compra, partimos hacia el tercer pueblo que teníamos planificado visitar, Hazelton

Fuimos directamente hasta Ksan Historical Village por miedo a que nos pudieran cerrar. Es un pequeño museo donde se puede aprender sobre la vida de los aborígenes de la zona. Tienen un pequeña casa donde se pueden ver utensilios, ropas, etc y luego la parte exterior donde se encuentran totems, una canoa y un baúl. 

Ksan Historical Village

Ksan Historical Village
El otro punto interesante del pueblo y por donde se pasa para llegar a Ksan es el Hagwilget Bridge. A la vuelta dejamos el coche en un ensanchamiento de la carretera para hacer alguna foto.

Hagwilget Bridget
Cerca del camping donde acampamos, existen dos zonas de totems. A la primera llegamos porque pusimos Totem Poles en Google Maps. Y a la segunda porque sabíamos que había unos tótems en Gitanyow (Kitwancool). Aquí también existe un pequeño museo pero llegamos cuando ya estaba cerrado, así que sólo vimos los tótems que se encuentran al aire libre (también se pueden ver los más antiguos asomándote a la casa museo).

Totems en Gitanyow
Y con esto nos fuimos al camping, donde seríamos los únicos clientes.
Miércoles 21 sept: Pronto por la mañana nos pusimos en el camino a Alaska, concretamente al pueblo de Hyder. No es necesario el ESTA de Estados Unidos para poder entrar, porque no hay control de frontera puesto que la carretera no permite ir más allá que desde este "pueblo fantasma". Aquí, dentro del Tongass National Forest, existe una zona llamada Fish Creek acondicionada con pasarelas de madera, desde donde hay buenas opciones de ver a los osos pescar los salmones que suben por el riachuelo a desovar. Es un sitio curioso aunque no se vean osos.

Ya el camino merece mucho la pena por ver paisajes como estos.

Glaciar camino de Alaska
Nosotros no tuvimos suerte, aunque ya íbamos concienciados puesto que ya llegábamos fuera de la época buena. Aún así ver los salmones luchando contra corriente y ver los resultados de los salmones cazados o muertos tras el esfuerzo de desovar, ver las aves alimentándose de estos salmones es bastante interesante. Además, pudimos ver a tres águilas calva, dos adultas y una joven en el río.

Águilas calvas entre Stewart y Hyder
Tras el primer intento fallido de la mañana, nos volvimos a Stewart a comer. El lugar elegido no podría ser otro que las mesas acondicionadas en la zona del estuario. Existen unas pasarelas para que puedas adentrarte en el estuario, lo cuál hicimos tras comer.

Estuario de Stewart
Por la tarde quisimos volver a probar suerte pues nos habían dicho que se había visto un oso negro por las tardes en la zona, pero tampoco hubo suerte. Así que nos pusimos rumbo a nuestro primer camping sin reservar del viaje. Sería en Meziadin Provincial Park. Este camping sólo dispone de algunos sitios con electricidad, pero sin agua. Tras vivir esta experiencia ya decidimos que a la próxima buscaríamos este tipo de campings, pues estábamos a pie de un bonito lago. Disfrutamos de una buena barbacoa de salmón coho y un delicioso vino blanco. Terminamos la noche disfrutando de un buen fuego hasta que ya hacía frío para seguir afuera.        

Nuestra cena en Meziadin
Jueves 22 sept: Otro día de bastante carretera. Hoy iríamos en dirección a Terrace. Un poco al sur se encuentra el Lakelse Lake Provincial Park, donde paramos a comer en otro de los entornos maravillosos que nos deparó nuestro viaje. 

Lakelse Provincial Park
Desde Terrace haríamos el último tramo del recorrido hacia la costa, paralelamente al río Skeena, famoso por la pesca del salmón. Por lo tanto, el viaje en sí ya era una delicia, pues el entorno era bastante bonito. 

En unas de las áreas de descanso pararíamos a tomar café de cara al río. Por esta zona hay bastantes arrendajos azules y desde aquí pudimos ver alguno. 

 
Café de cara al río Skeena


Arrendajo azul
A pocos kilométros de Prince Rupert, se encuentran los Butze Rapids Park and Trail. Es un recorrido de pocos kilómetros, donde lo más destacado son los rápidos que tienen la curiosidad de que tienen corrientes cruzadas, río abajo y río arriba (causadas por las mareas). A parte de eso, el paseo es bastante bonito entre el bosque y llegando hasta la costa.

Justo antes de que empezara a diluviar llegamos a nuestro camping, donde vimos que no nos habían hecho bien la reserva y no había nadie para atendernos. Pero no tuvimos problema porque había un sitio libre, así que lo ocupamos y ya arreglaríamos al día siguiente (no tuvimos ningún problema, de hecho nos hicieron un descuento). 

Hoy tocaba cenar dentro porque fuera estaba cayendo el diluvio universal y, además, el camping estaba bien para coger el ferry del día siguiente, pero era el más feo que habíamos visto. 

Viernes 23 sept: Hoy el día sería bastante tranquilo, pues únicamente teníamos que llegar a Prince Rupert para embarcar en el Ferry Inside Passage. Este ferry recorre el brazo de mar que separa Canadá de las islas, llegando hasta Vancouver Island.

El ferry lo reservamos con bastante antelación para dos personas y una caravana. Te recomiendan reservar 2 pies más del tamaño real. Además si quieres camarote también es aconsejable reservarlo con antelación. Personalmente, creo que merece la pena puesto que se duerme muy cómodamente, es como una habitación de hotel. Si no, tendrás que pasar la noche en las butacas del barco, que son cómodas, pero no son una cama.

Para el ferry hay que estar unas dos horas antes de la salida, así que a las 9 de la mañana ya estábamos en la cola para el embarque. Tras el embarque y recoger la tarjeta para nuestro camarote, nos fuimos a pedir algo para desayunar. Y el resto del pasaje se hace entretenido pues el paisaje es muy bonito y de vez en cuando te avisan por megafonía si se avistan ballenas. Nosotros pudimos ver varias en la lejanía, incluso una mostró la cola, aunque no pudimos sacarle fotos (ya nos resarciríamos con creces).

Ferry Inside Passage

Ferry Inside Passage
Sábado 24 sept: El ferry llegaría a las 9AM a Port Hardy bastante puntual. Nada más desembarcar nos pondríamos rumbo al camping de Telegraph Cove donde teníamos el camping y las excursiones. Tras hacer los checkins en las dos excursiones que teníamos contratadas y en el camping (y tras una pequeña confusión con el camping jeje), nos preparamos algo de comer y a las 12:45 estábamos esperando ya al inicio de la excursión para ver ballenas.
La excursión era con Stubbs Island y duraba aproximadamente tres horas y media, y fue simplemente alucinante. Empezó la excursión con una ballena jorobada, dejándonos con la boca abierta por la cercanía con la que la llegamos a ver. Pero la cosa se fue animando y pudimos ver muchas ballenas jorobadas, con sus crestas, sus lomos y sus colas. También pudimos ver varios leones marinos en las rocas. Con esto ya estábamos muy contentos pero todavía faltaba lo mejor y es que de repente una nube de cientos de delfines del pacífico junto con varias ballenas jorobadas y varios leones marinos se desplazaban a toda velocidad (suponemos que siguiendo un banco de peces). ¡No podríamos haberlo soñado mejor!.

Además veríamos también alguna foca y un águila calva para rematar una excursión que no podremos olvidar nunca. Con ese buen sabor de boca, regresaríamos al camping para hacer la barbacoa de turno para cenar.

Focas

Leones marinos

Delfín y ballena jorobada

Delfines

Águila calva
Domingo 25 sept: Parece que la buena suerte que tuvimos el día anterior se iba a tornar en mala suerte en este día. Teníamos contratada una excursión para ir a ver grizzlies, pero debido al tiempo en el mar nos la cancelaron. El hombre nos recomendó un sitio muy cerca del pueblo para ver osos negros (algo es algo pensamos). El sitio en cuestión está pasada la empresa maderera y una planta eléctrica. Al poco de pasar este edificio la carretera gira a la derecha, pero de frente sale otro camino que es el que hay que tomar y dejar el coche. Desde ahí se puede atisbar, a mano derecha, una empresa donde hacen compost con restos de pescado y es frecuente ver a osos escarbando

Nosotros parecía que no íbamos a tener suerte, pero mi marido se topó con un oso que quería cruzar el camino pero éste se asustó al verle así que yo no pude verlo ni él hacer fotos. Mientras seguíamos esperando por si teníamos suerte, vino el dueño de la empresa de compost y muy amablemente nos dejó entrar al recinto por si hubiera suerte y hubiera alguno que no se viera desde la carretera. Tampoco hubo suerte, aunque al menos pudimos contemplar a otra águila calva.

Decidimos dejar ya al hombre trabajar tranquilo y nos salimos de su recinto. Y estando en la caravana decidiendo qué hacer a continuación, ¡nos cruzó el oso! Está vez ya sí pude verlo y hacerle un vídeo.

Oso en Telegraph Cove
Con el sabor agridulce, decidimos mirar el lado bueno y pensar que íbamos a tener un día más relajado y aprovechar para ver cosas en el camino hacia Wood Lake, donde pasaríamos la noche. 

Así nos fuimos hacia las Elk Falls Provincial Park lo cuál resultó ser toda una sorpresa. Tras dejar el coche en el parking, hicimos el pequeño recorrido que hay hasta llegar a la cascada y el puente colgante, no apto para aquellos con vértigo. Realmente bonito. 

Elk Falls
 
Puente colgane en Elk Falls

A la vuelta, aunque el sitio no fuera bonito, ya había hambre así que decidimos comer en el parking.

Nos volvemos a poner en marcha con la idea de parar en algún sitio a tomar café. Por eso decidimos coger un tiempo la carretera que bordea el océano, a pesar de ser más lenta. Y nos regaló el encontrarnos con estos animales (creemos que son alpacas), muy graciosos.

¿Alpaca?

¿Alpaca?
Tras algún intento fallido, finalmente dimos con un sitio estupendo para tomar café con vistas al mar.

Lugar donde paramos a tomar café
Desde aquí estábamos a menos de una hora del camping, al que llegaríamos a una buena hora para poder ir a dar una vuelta al lago que se encuentra a 2 minutos del mismo. El camping y el pueblo está plagado de conejos de todos los colores y también nos topamos con unos ciervos.

Y cuando ya empezaba a caer el sol, volvimos a nuestro camping a disfrutar de nuestra última barbacoa canadiense.   
Lunes 26 sept: Hoy tocaba volver a Vancouver y devolver la caravana. Por 100 dólares más contratamos el late drop-off, necesario porque no podíamos llegar antes de las 11 de la mañana. Reservamos el ferry de las 10:15 que llega a Tsawwassen unas dos horas y media después. Te recomiendan llegar entre 30 y 60 minutos antes, así que sobre las 9:15 estábamos ya esperando para embarcar. Al poco ya comienza el embarque y pasamos el viaje desayunando y leyendo en uno de los sillones con vistas al mar.

Tras el desembarco tendríamos unos 20 minutos en llegar a la oficina de Ambassador, pero paramos en la gasolinera que está por la zona porque hay que devolver tanto el propano como el depósito de gasolina llenos. Tras estos trámites ya procedemos a la devolución, sin ningún tipo de problema.
 

Nos llamaron a un taxi y a los 45 minutos ya estábamos otra vez en nuestro hotel. Dado que ya eran más de las 3 de la tarde, nos fuimos directamente al Cora a comer pues ya desfallecíamos.
 

Tras comer nos fuimos ya a la recepción a hacer el check-in y aquí es cuando tuvimos algunos problemas. Queríamos pagar en efectivo y, para ello, nos pedían 50 dólares más en calidad de depósito, cosa que no entendíamos puesto que, además les tuvimos que dar los datos de la tarjeta de crédito como garantía. Y lo peor fue que al día siguiente tuvimos que insistir para que nos lo devolvieran. En fin, quitando eso el hotel estuvo bien.
 

Una vez en nuestra habitación y tras descansar y preparar el equipaje para el avión del día siguiente, nos fuimos a media tarde a dar un paseo hacia el barrio de Gastown con la intención de tomar unas cervezas y cenar en Darby's Gastown. Increíble la cantidad de cervezas de grifo que tienen, imposible decidir.   

Grifos de cerveza en Garby's Gastown
La visita nos reafirmó en que el barrio no es nada agradable, aunque el sitio está bastante bien. Volvimos dando otro paseo y con esto se ponía fin a nuestros días de turismo, tocaba dormir y mañana volver a España. 

Martes 27 sept: Y hasta aquí lo que dio de sí el viaje a la costa oeste de Canadá, iríamos andando nuevamente a la estación de la Canadian Line rumbo al aeropuerto, donde nuestro primer avión saldría a las 9:30 de la mañana.

Miércoles 28 sept: Llegada a Madrid pronto por la mañana.