miércoles, 3 de junio de 2009

Australia

¡Luna de miel en Australia!  Viaje perfecto, todo salió a pedir de boca. Volveremos por nuestro 25 aniversario de casados, decidido.

3 de junio de 2009: Nos esperaba un largo día por delante, más de 24 horas de vuelos, más sus correspondientes tiempos de espera en las escalas. Primera escala en Londres y la segunda en Singapur.

4 de junio de 2009: Día de vuelo.

5 de junio de 2009: Llegada a Sydney a primerísima hora de la mañana. Aunque intentamos descansar un rato únicamente, de manera que no nos trastocara los horarios, fuimos totalmente incapaces y hasta última hora de la tarde no nos pusimos en marcha. Lo primero que conocimos de Sydney fue Cockle Bay y sus inmediaciones. Está justo al lado de la parte financiera de la ciudad, y por la noche merece la pena acercarse por varios motivos: las vistas de la bahía con los grandes rascacielos iluminados son muy bonitas y además esa zona tiene muchísima vida. Nosotros cenamos por la zona y luego aprovechamos la gran oferta de ocio  para tomar una cerveza en un local con música en directo.

6 de junio de 2009: Hoy teníamos a primera hora una excursión para hacer un recorrido turístico por la ciudad. Empezamos por unas visitas panorámicas de la ciudad realmente increíbles, cerca de los jardínes botánicos. Ahí también se encuentra la Mrs Macquarie's Chair. Continúamos hacia la parte más alta de Sydney, donde se puede tener una gran perspectiva de la ciudad.

Sydney

Sydney

Y de ahí, partimos hacia la playa más famosa de Sydney, la playa de Bondi.

Gaviota en la playa de Bondi
Tras el recorrido en autobús, nos esperaba un pequeño crucero, desde el que se puede apreciar la Opera de Sydney, el skyline y el Sydney Harbour Bridge.

Skyline, Opera y Puente

Puente

Ópera
Tras atracar el barco, visitamos la Ópera más de cerca y justo al lado de la Ópera empiezan los Royal Botanic Gardens. Merece la pena dar un paseo por el parque, como dato curioso existen unos murciélagos enormes a plena luz del día colgando de la copa de los árboles.


Murciélagos
Además, se pueden observar multitud de aves por los jardines y árboles enormes.

Pyramid Glasshouses

Seguimos recorriendo la ciudad y nos encontramos con Minus 5 Ice Bar, es un bar completamente de hielo: vasos, barra, mesas, sillas... te proporcionan ropa adecuada para entrar y puedes estar en su interior durante 30 minutos (o menos si no estás agusto) y degustar un cocktail, una experiencia.

7 de junio de 2009: Hoy empezaríamos recorriendo Chinatown. Es un barrio con mucha vida, donde se pueden visitar los jardínes chinos (Chinese Garden), muy bonitos.

Chinatown

También merece la pena la visita al Market City, un mercado gigantesco donde puedes comprar muchísimos y variados souveniers y también comer algo.

De ahí, volvíamos a Cockle Bay, esta vez de día, para comprobar el ambientazo que se puede respirar. Una opción si hace tan buen día como nos hizo a nosotros es comprar algo de comida en el centro comercial y degustarla sentados en las escaleras tomando el sol (¡cuidado con las gaviotas que están resabiadas!).


Cockle Bay
De ahí nos fuimos a la Tower Sydney Eye, un edificio muy característico donde se tienen una vistas increíbles.


Vistas desde la Sydney Tower Eye

Vistas desde la Sydney Tower Eye


Sydney Tower Eye

Muy cerca de la torre, se encuentra St.Mary's Cathredal, que también merece la pena visitar. De ahí, nos dirigimos hacia la Opera de Sydney para ver la iluminación nocturna, qué sorpresa nos llevamos cuando la vimos, simplemente espectacular.







8 de junio de 2009: Hoy tocaba excursión y empezaríamos visitando el Featherdale Wildlife Park. Nos encantó desde el primer momento cuando pudimos apreciar a un cuidador con un bebé canguro.


Bebé canguro
Muchos de los animales están sueltos y se pueden acariciar: koalas, canguros, wallabies, emús ...  Otros más peligrosos también se pueden ver: wombats, cocodrilos, echidnas.


Canguros
Koala

Emú y Wallabies
Echidna
Después de la visita al Featherdale, nos dirigimos a las Three Sisters, un enclave natural impresionante en las Blue Mountains (conocidas así por la cantidad de Eucaliptos que abundan).

Three sisters

Eucaliptos
En esa zona se encuentra el Echo Point, y cerca de él se pueden subir al Katoomba Scenic Skyway, desde el cuál se tiene un gran panorámica (incluso el suelo es de cristal para no quitar visión). 

Katoomba Scenic Skyway


Con él llegamos a la base del Katoomba Scenic Railway (según proclaman, el más inclinado del mundo):

Katoomba Scenic Railway

Al llegar existe un camino peatonal hasta una antigua mina de carbón. El paseo es muy agradable, donde se puede disfrutar de la naturaleza en estado puro.




Se puede subir a la cima usando el Cableway, el tercer medio de locomoción que usaríamos aquí. Una vez en la cima regresaríamos cogiendo la opción de un ferry hasta el puerto de Sydney. Es muy bonita la llegada al puerto por la noche.

Llegando a Sydney con el ferry

Y esta noche disfrutaríamos otra vez (y la última de este viaje) de la marcha nocturna de Cockle Bay.

9 de junio de 2009: Último día en Sydney. Aprovechamos para recorrer lo que nos faltaba de esta bonita ciudad. Empezamos por el Observatory Park, donde se tienen unas preciosas vistas de Sydney, especialmente del Sydney Harbour Bridge, el cuál sería nuestra siguiente parada. Desde ahí, se tiene la mejor vista de la Ópera.


Vistas de la Ópera desde el Puente

El resto de la mañana lo dedicamos a recorrer el barrio The Rocks. Después de comer nos montamos en el Monorail, una experiencia muy recomendable porque te da una visión más de la ciudad.


Monorail
A continuación, visitamos el Queen Victory Building, un centro comercial muy bonito por dentro y por fuera.


Queen Victory Building

Interior del Queen Victory Building


Y ya por último visitamos la St.Andrew's Cathredal y ya no había tiempo para más.
 
10 de junio de 2009: Vuelo a Ayers Rock, donde llegaríamos a la hora de la comida. Nada más llegar ya llama la atención el cambio de paisaje, tan rojizo y árido, aunque con pequeños arbustos diseminados. Por la tarde, teníamos contratada la primera excursión. El primer destino era el Monte Olga (Kata Tjuta).

Monte Olga
Que se pueden recorrer:


Monte Olga
A continuación, nos dirigimos al otro gran atractivo de la zona, el Uluru o Ayers Rock. Hoy nos deleitaríamos viendo el anochecer sobre el monte, mientras degustamos un espumoso. Es una verdadera experiencia observar el monte y cómo van cambiando las tonalidades del monte según se va poniendo el sol.

Ayers Rock

Ayers Rock

Ayers Rock
Ayers Rock

De vuelta en el Resort ya a la hora de la cena, nos decantamos por la opción Pioneer BBQ and Bar, ¡qué acierto!. En él eliges lo que te quieras hacer a la brasa (carne de canguro, emú, cocodrilo... ¡buenísimas!) y lo degustas sentado en las mesas de madera, mientras escuchas música en directo (algunas típicas australianas). Todo esto en una noche de verano, no podía ser más auténtico.


Pioneer BBQ and Bar


11 de junio de 2009: Hoy nos levantaríamos pronto para disfrutar del amanecer sobre Ayers Rock, esta vez con un café calentito.



Y de ahí, nos dirigimos a la base de Ayers Rocks, para escalar el monte. Es una subida bastante pronunciada y, aunque en algunos tramos hay una cadena para poder ayudarte en la subida y en la bajada, es una cuesta bastante dura físicamente, pero merece la pena por las vistas.


Base de Ayers Rock y comienzo de la subida

Casi en la cima, con el Monte Olga al fondo
El siguiente paso era un recorrido alrededor de la base del Uluru donde se puede observar pequeñas acumulaciones de agua de lluvia.


Interior de Ayers Rock

Además, se pueden apreciar pinturas originales hechas por los aborígenes australianos.

Pinturas aborígenes
Y con esto acaba la excursión. Tras regresar al hotel y unas pocas horas de descanso, recorrimos los caminos que existen entre las distintas zonas del resort Ayers Rock. Y de ahí, al mirador del Uluru y Kata Tjuta, en el camino puedes ver camellos que se usan para actividades turísticas. Y tras un agotador día, una cervecita australiana bien fresquita en el hotel y ya mañana más.


12 de junio de 2009: Vuelo a Cairns. A esta ciudad llegaríamos ya de noche. Aprovecharíamos para visitar la zona de la laguna, y las tiendas de souveniers (Australia tiene la mayor variedad de souvenirs que hemos visto, y cada cuál más bonito).

13 de junio de 2009: Hoy teníamos contratada una excursión a la Gran Barrera de Coral. Este es uno de los principales motivos por los que nos decantamos por Australia como luna de miel y no decepciona en absoluto, todo lo contrario, fue una experiencia irrepetible. Para llegar desde Cairns a la barrera de coral hay que coger un barco y tras unas dos horas y media se llega a la barrera. Pero incluso el rato en barco merece la pena. Nosotros decidimos ir por fuera y puedes tumbarte al solecito o disfrutar del paisaje. Una vez se llega, la embarcación no puede acercarse lo suficiente por riesgo a dañar el coral, así que con un barquito más pequeñito te acercan a una isla de arenas blancas, que es un espacio protegido donde abundan las aves.


Lugar donde atraca el barco
Playa reserva natural

En la embarcación te proporcionan el material necesario para hacer el snorkel y te dejan el tiempo suficiente para disfrutar a lo grande de esta maravilla de la naturaleza. Así que, ¡al agua! Multitud de colores, formas y tamaños nos estaban esperando:


Barrera de Coral

Barrera de Coral

Barrera de Coral

Barrera de Coral

Barrera de Coral
Tras disfrutar del agua y la arena, nos volvemos al barco donde estaba incluído una comida buffet (en nuestro caso, fue lo de menos, aprovechamos hasta el máximo dentro del agua). Y, por la tarde, nos sumergeríamos de nuevo en el agua en una especie de submarino. Desde allí seguimos contemplando la barrera de coral y su fauna. Ambas vistas son complementarias, porque desde aquí se tiene la oportunidad de ver el coral formando montañas, cosa que cerca de la orilla no ocurre así.

Interior del submarino

Vistas desde el submarino

Vistas desde el submarino

Y ya tocaba volver a Cairns, disfrutando de una copita de champán.

14 de junio de 2009: Hoy teníamos otra excursión contratada, esta vez a Kuranda. La excursión empieza en Kuranda Scenic Railway. La estación de origen está en Cairns, y en sí misma ya merece una visita. El tren atraviesa Barron Gorge National Park.


Tren a Kuranda
El tren hace una parada en Barron Falls.
Barron Falls

Barron Falls
Vuelta al tren con destino final Kuranda. Tras un vistazo al pueblo (curioso, pero orientado al turismo) nos adentramos en Rainforestation Nature Park. Este parque se divide en tres experiencias. La primera es el Army Duck Rainforest Tour, donde visitaríamos el parque a bordo de un anfibio de la II Guerra Mundial.

Anfibio de la II Guerra Mundial
La visita es guiada, explicando la flora y la fauna del parque, muy interesante. La primera parte se hace sobre tierra y la segunda en el agua.


Parque Nacional desde el anfibio


Parque Nacional desde el anfibio
La siguiente experiencia es Pamagirri Aboriginal Experience, donde nos enseñaron como se toca el Didgeridoo, instrumento musical típico de los aborígenes australianos. Y luego algo muy divertido, nos enseñaron a usar el Boomerang y poder tirarlo nosotros mismos (creo que seríamos incapaces de cazar nada con él).
Esta experiencia también incluye una demostración de las danzas aborígenes.

Baile aborigen
 
Finalmente, la tercera experiencia es Koala & Wildlife Park, donde podemos observar la fauna típica de Australia.


Cocodrilos

Canguros y Wallabies

Koalas

Wombat
La vuelta a Cairns sería desde el Skyrail Rainforest Cableway. Recomendable 100%, se disfruta de unas vistas únicas e impresionantes.



Vistas desde el Skyrail

Vistas desde el Skyrail
En el recorrido se hacen paradas. La primera parada es en Barron Falls Station, donde existe un recorrido a pie hasta un mirador donde se pueden ver las cataratas. Además, existe un centro de interpretación de la flora. La siguiente parada es en Red Peak Station, siendo el punto más alto del recorrido. En esa parada, también existe un pequeño camino a pie, que merece la pena. 
15 de junio de 2009: Hoy aprovechamos para recorrer Cairns. Lo más interesante es el paseo marítimo. En Cairns también existe una laguna nadable, que no nos dio tiempo a probar.

Paseo Marítimo

Y tras el paseo y la comida, nos tocaba vuelo a Darwin, ciudad a la que llegaríamos ya a la noche.

16 de junio de 2009: Hoy tocaba excursión al Kakadu National Park. Se tarda bastante en llegar desde Darwin, por lo que salíamos muy prontito por la mañana. Una vez allí, la primera parada sería para ver más pinturas aborígenes. Es interesante ir con guía que te explique qué significa cada pintura, porque solían tener un propósito, no sólo decorativo.


Pinturas aborigen
Pinturas aborigenes

Todo este recorrido se hace por caminos en la naturaleza, muy agradables.
La siguiente parada será para hacer un recorrido en barca por el río de cocodrilos, observando la flora y, sobre todo, la fauna. ¡Impresionante!











Y, tras lo cuál, viaje de regreso a Darwin.

17 de junio de 2009: Hoy tocaba otra excursión, esta vez al Litchfield National Park. Primera parada, los campos de termitas, los Magnetic Termite Mounds. Impresiona ver tanto los más grandes y aislados, que se calcula que se han necesitado 400 años para su construcción:


Termitero
Como las grandes extensiones de nidos de termitas, que se cree que siguen la orientación del campo magnético.

Campos de termitas

La siguiente parada de esta excursión serían las Florence Falls, una auténtica maravilla para la vista y para todos los sentidos. Primero ya te sorprenden desde lo más alto, pero luego cuando bajas y te bañas en sus aguas limpias y cristalinas, no puede ser más relajante.


Florence Falls

El siguiente punto de la excursión serían las Tolmer Falls, situadas en un enclave precioso rodeadas de mucha vegetación. En éstas no es posible bañarse.

 
Tolmer Falls

Y, por último, las Wangi Falls, donde merece la pena quedarse un buen rato a disfrutar de unos baños en aguas cristalinas y de la naturaleza que las rodea.


Wangi Falls


18 de junio de 2009: Hoy no teníamos ninguna excursión y aprovechamos para conocer Darwin.  Destaca la zona de la playa (¡ojo!, no hay que bañarse porque puede haber cocodrilos).


Playa Darwin

Por la tarde, la dedicamos a disfrutar del hotel, que casi no habíamos tenido tiempo hasta ahora, en concreto, de la piscina en alto del hotel.

19 de junio de 2009: Hoy tocaba vuelo(s) de regreso, un poco más corto que el de la ida, pero con sus dos escalas correspondientes.

20 de junio de 2009: Llegada a Madrid con un montón de buenas experiencias y recuerdos.