viernes, 24 de octubre de 2014

Oporto

Rápida escapada sorpresa de un fin de semana a la pequeña pero realmente bonita y romántica Oporto. Vuelo a última hora de la tarde del viernes con Ryanair. Como estábamos de cumpleaños habíamos elegido un apartamento especial, TopFlat, con unas vistas impresionantes sobre el Duero y Vila Nova de Gaia. Además, la dueña fue super amable y servicial en todos los preparativos: compró por nosotros una botella de vino y nos buscó una lista de restaurantes para poder encargar la cena y todos los trámites los hizo ella, lo que nos fue realmente útil. 
25 octubre de 2014: Tras disfrutar del desayuno con las maravillosas vistas del apartamento, nos disponemos a visitar la ciudad. Empezamos por la Iglesia de San Lorenzo y luego la Catedral. De la catedral destaca sobremanera el claustro, con todas las paredes de azulejos, una auténtica belleza. Para visitarlo hay que pagar tres euros (la Catedral es gratis), pero merece la pena.

Claustro de la Catedral

De ahí, nos encaminamos hacia el Mercado do Bolhao, pero antes hicimos una parada en la cafetería Majestic, famosa por sus Francesinhas. Son un sandwich típico de la cocina portuguesa moderna y además las más conocidas son las de Oporto.
También nos sorprendió a mitad de camino la Iglesia de San Idelfonso cuya fachada tenía los típicos azulejos que hay en multitud de edificios de la ciudad.

Iglesia de San Idelfonso
Al mercado llegamos cuando tenía algunos puestos cerrados, pero aún así es agradable hacerle una visita y de paso comprar un poco de fruta (con una pinta increíble).

Tras el mercado nos encaminamos por la bonita Avenida de los Aliados hacia la Librería de Lello e Irmao, muy famosa por la película de Harry Potter. En ella no dejan hacer fotos a no ser que lo visites el lunes dentro de un horario. 

Librería Lello e Irmao


Muy cerca de la librería se encuentran las Iglesias de Nuestra Sra. de Carmo de los Carmelitas y la de los Clérigos.

Y de ahí ya nos fuimos hacia Vila Nova de Gaia por el impresionante Puente de Luis I

Puente de Luis I con Oporto al fondo

Habíamos contratado previamente la visita a tres bodegas: Offley, Sandeman y Ferreira. Aunque en las visitas hay partes de explicación sobre los vinos de Oporto que son comunes, merece la pena contratar las 3 bodegas, porque por 10 euros puedes visitar tres bodegas que son distintas entre sí, y probar dos vinos de Oporto (un blanco y un ruby) en cada una de ellas. Todas las visitas fueron en español.

Tras la visita a la primera bodega, nos dimos un paseo muy agradable por ambas riberas del río disfrutando de las maravillosas vistas de Oporto por un lado y de Vila Nova y sus barcos de vino en la otra orilla. 

Vistas de Oporto desde Vila Nova de Gaia

Tras tomar un tentempié en uno de los bares nos encaminamos a La Iglesia de San Francisco, con la entrada se tiene acceso a un pequeño museo, a lo que llaman catacumbas (pero son la típica cripta de iglesia) y a la Iglesia, que impresiona nada más verla. En ella destaca el árbol de la genealogía de Jesús, realmente único.

Árbol genealógico

Y justo pegado a la Iglesia, teníamos la otra visita contratada, el Palacio de la Bolsa. Sólo se puede visitar con guía y se puede hacer previamente para asegurarse de que vaya a ser en español. Del palacio destaca sobre todo la Sala Árabe.

Sala Árabe en el Palacio de la Bolsa
Como habíamos comido poco, al terminar la visita del palacio ya teníamos ganas de cenar, y buscando por las inmediaciones nos topamos con todo un descubrimiento: el restaurante
Rosa do Adro, un pequeño restaurante familiar con una comida deliciosa, unos precios bastante competitivos, comida abundante y un trato exquisito. 

Y con esto, dábamos por concluído el día y nos encaminamos a disfrutar de nuestro apartamento.

26 octubre de 2014: En nuestro último día en Oporto nos encaminamos a las otras dos visitas a las bodegas. Primero Sandeman y luego Ferreira, con sus correspondientes degustaciones de vinos.

Degustación de vinos
Tras las visitas todavía nos quedaban pequeñas joyas por visitar en Oporto, como el vestíbulo de la Estación de Sao Bento

Estación de Sao Bento
Y la última joya, la visita a la Torre de los Clérigos, con unas vistas preciosas. Además, nos sorprendió con una manifestación de estudiantes, muy organizada, ruidosa y colorista.

Vistas desde la Torre de los Clérigos
Y ya siendo la hora de comer y tras la buena experiencia de la noche anterior, repetimos en el restaurante Rosa do Adro. Y otra vez, no defraudó.

El poco tiempo que nos quedaba antes de ir al aeropuerto lo dedicamos a visitar la Casa do Infante, que es gratuita. Y para despedirnos, nos pedimos un Porto Tawny, la única variedad que no habíamos podido degustar en las visitas a las bodegas.

Y ya no había tiempo para más, cogimos el metro rumbo al Aeropuerto con ganas de volver a visitar esta ciudad.