sábado, 3 de octubre de 2015

Japón I parte: Llegada, Kyoto, Nara y Koyasan

Esta entrada cubre la llegada a Japón y desplazamiento a Kyoto. Visitas a Kyoto y excursiones con base en Kyoto.

Para moverse por Japón, lo ideal es comprar la Japan Rail Pass. Ésta puede ser de 7, 14 ó 21 días y se ha de comprar en el país de origen. Una vez en Japón se ha de canjear y activar el día que decidamos.

Para saber las rutas de trenes en Japón se puede usar la página de Hyperdia, que está en inglés. Para algunos trayectos será necesario abonar parte del trayecto porque los trenes JR no lo cubren. Para saber el trayecto que será gratuito con la JR, cuando uses el calculador de rutas debes desmarcar la opción de Nozomi (el tren bala que no está incluído con la JR) y las líneas privadas.

PARA MOVERSE POR KYOTO
Una vez estemos en Kyoto, es buena idea hacerse con un mapa de las líneas de autobús. Se puede conseguir en la oficina que hay al lado de la estación de trenes de Kyoto.
 
Tarjeta City Bus All-day Pass: Es una tarjeta que te permitirá moverte por la red de buses urbanos de Kyoto (en la zona dentro del pase y que cubre la mayoría de las líneas que llevan a las atracciones principales) por 500 Yenes todo el día. Se puede comprar en la misma oficina que hay al lado de la estación de trenes de Kyoto o en las dársenas al aire libre, justo al norte de la estación.
Cómo usar el bus:
Se sube por la parte de atrás de los autobuses y se paga al salir, lo cuál se hace por la puerta del conductor. Antes de bajar hay que depositar el precio exacto del trayecto en la parte superior al lado del conductor. El importe del trayecto se muestra en un display.
Si necesita cambiar dinero (no devuelven cambio) se puede introducir billetes de 1000 o monedas en la máquina que está al lado del conductor.
Si se tiene el pase de autobús para todo el día, la primera vez que te bajes de un autobús, se ha de introducir la tarjeta en la ranura y eso imprimirá la fecha. Las siguientes veces, sólo has de mostrar la tarjeta al conductor.
  
Y, tras esta breve introducción, vamos a narrar nuestra aventura: 
 
Sábado 3 de octubre: Hoy empezaba nuestra aventura por tierras niponas. Viajamos por la mañana temprano con Air France, con escala en París, de dónde saldríamos a mediodía.

Domingo 4 de octubre: Tras un vuelo bastante cómodo llegábamos al aeropuerto internacional Haneda de Tokyo a las 6 de la mañana. Lo primero que hay que hacer es pasar el control de pasaportes y la recogida del equipaje facturado. Ambas cosas las hicimos muy rápidas pues un domingo a esas horas no había mucha gente.

La siguiente tarea sería cambiar euros por yenes. Tras muchas consultas por Internet decidimos cambiar dinero en Japón y no en Madrid, lo cuál es bastante recomendable pues el tipo de cambio es bastante más ventajoso en Japón. Otra opción es aprovechar que se puede sacar dinero en los cajeros de los 7 eleven, donde el cambio es el real y sólo se te aplica una pequeña comisión por el cambio de divisa. De todas formas, siempre está bien llevar un poco cambiado desde origen, por si acaso.

Y el último trámite en el aeropuerto fue esperar a que abriera la oficina de JR para canjear nuestro bono, obteniendo la JR Japan Pass y activarla. Dado que nosotros íbamos a ir directos a Kyoto, la activamos ya desde el primer día. También ya nos reservaron los asientos para el tren bala.

Es conveniente reservar con al menos 1 día de antelación (en algunos trayectos, es aconsejable más tiempo) los asientos para los trenes bala. Si no, tampoco pasa nada, todos los trenes tienen unos vagones reservados para gente sin asiento previo. Hay que enterarse, en cada tren, cuáles van a ser esos vagones. Luego se hace la cola en esos vagones. Nosotros no tuvimos problemas para conseguir asiento en ninguno de los trayectos.

Con el JR ya activado, hay que ir hacia Shinagawa para coger el tren bala hasta Kyoto. Para llegar a Shinagawa se puede ir con el monorrail de JR. Todo está ya cubierto con la JR y no tuvimos que abonar nada más.

Un consejo cuando se viaja entre Tokyo y Kyoto es elegir el lado donde se puede ver el Fuji. Cuando vamos hacia la capital nipona, tendremos que sentarnos en las ventanillas de la izquierda y, en caso del trayecto inverso, a la derecha.

Si vamos en Hikari (el tren que se suele tomar cuando usamos el JRPass) si vamos hacia Tokyo, empezaremos a verlo a las 2 horas de salir de Shin-Osaka aproximadamente. Si venimos desde Tokyo, empezaremos a verlo a los 45 minutos aproximadamente desde la partida (háganse los cálculos para otras estaciones teniendo esta referencia).

Y ya llegamos a Kyoto. Como el check-in en nuestro hotel era a partir de las 16, decidimos dejar las maletas en las taquillas de la estación de tren para hacer turismo y luego ir a por ellas antes de pasar por el hotel. Las taquillas se pagan con monedas y existen máquinas de cambio cerca de las taquillas.

Una vez libres de equipaje, cogemos la línea JR Nara Line (la local o la rapid service) para visitar el Templo Tofukuji. Los trenes salen cada pocos minutos y tardan muy poco en llegar. El templo está a unos 5-10 minutos andando desde la estación.

Templo Tofukuji
La visita al templo es gratuita, sólo se paga por visitar los jardines.

Jardínes Templo Tofukuji
Tras la visita al templo, nos dirigimos al sur hacia Fushimi Inari Taisha. Para ello se puede caminar unos 15 minutos o ir de nuevo a la estación de Tofukuji y tomar tren a Inari. Nosotros optamos por ir andando directamente.

Fushimi Inari Taisha está siempre abierto. Las calles aledañas están llenas de tiendas de comida y recuerdos, así como repletos de gente. Una vez en el camino de toriis, hay un desvío para ir a la cima de la montaña que está muy poco concurrido. Se pasa por un camino de bambúes y se pasan por pequeños santuarios. Es una subida de una hora con paradas para fotos. Luego se puede bajar otra vez por los toriis. Muy recomendable.

Camino de la cima

Camino de Toriis
Para volver, nos dirigimos a la estación de Inari y, en pocos minutos, ya estábamos otra vez en Kyoto. Recogimos nuestras maletas de la estación y decidimos coger el autobús que nos dejaba muy cerca del hotel. También aprovechamos para comprar los pases del día de autobús para el día siguiente.

En Kyoto elegimos un apartamento que está muy bien localizado para moverse por tren a las excursiones o por autobús para visitar la ciudad. Se trata de Parkside Umekoji - Guest House. La única pega es que no tiene nada para poder cocinar (sartenes, ollas, etc), pero tiene una nevera y un microondas, que vienen bien.

Lunes 5 de octubre: Nuestro primer día completo en Kyoto. Desde el hotel tomamos el bus 205 hasta Kinkakuji-michi donde nos bajamos y vamos a pie hasta el Templo Dorado o Kinkakuji. El templo impresiona con su color dorado y su reflejo en el estanque. No se visita por dentro, sólo se pasea a su alrededor.

Templo Dorado

Tras un recorrido por los caminos que rodean el templo, nos dirigimos a Kinkakuji-mae, donde tomamos el autobús 59 hasta Ryoanji-mae. Aquí encontramos el Templo Ryonaji.

Una vez terminada la visita a este templo, en el lado opuesto al que nos bajamos tomamos el autobús 59 hasta Kinkakuji-michi. Allí tomamos el 101 hasta Nijojo-mae para ver el Castillo Nijo.
Puerta de entrada al Castillo de Nijo

Una vez visitado el castillo, decidimos ir a ver el Mercado de Nishiki. En el mercado puedes ver productos muy raros para el turista occidental, y también puedes probar alguna de las cosas ya cocinadas que se venden. Nosotros aprovechamos y también entramos en un pequeño restaurante a comer.

Mercado de Nishiki
El Mercado está rodeado de muchas calles con tiendas, la mayoría tiendas de ropa, pero también hay una calle con varias tiendas de souvenirs. También entramos por curiosidad en una tienda de manga.

Y ya con esto, compramos algo para cenar y nos fuimos al hotel a descansar.

Martes 6 de octubre: Nuestra primera excursión desde Kyoto y sería a Nara. 

Decidimos ir muy pronto para poder aprovechar todo lo que Nara nos puede ofrecer. La forma más rápida es la Nara line (rapid service). Una vez en la estación, decidimos comprar el Nara Bus pass 1-day pass WIDE (recomendable si se quiere visitar los templos más alejados, si no, con el normal es suficiente).

Una vez ya con el pase y, tras desayunar en la estación, tomamos el autobús que nos lleva al Parque de Nara. Lo que más impresiona del parque es la cantidad de ciervos salvajes que viven allí, de todas las edades. Son considerados mensajeros de los dioses.

Parque Nara

Dentro del parque Nara, lo primero que visitamos fue el Templo Todaiji. Es de obligada visita, el interior te dejará con la boca abierta con su buda gigante (daibutsu), así como los otros budas. En su interior también existe una columna con un agujero que la atraviesa. La leyenda dice que si eres capaz de pasar por el agujero, alcanzarás el nirvana. Una servidora ya lo tiene garantizado.


Templo Todaiji
Nuestra siguiente visita sería al Santuario Kasuga Taisha. Este santuario es famoso por sus linternas de piedra y de bronce. 

Kasuga Taisha
Y, nuestra última visita dentro del parque sería al Templo Kôfuku-ji. Destaca su pagoda de cinco alturas y el interior del templo. Es de pago y no se puede hacer fotos, como en la mayoría de los templos, pero merece la pena.

Tras pasear por el parque un poco más y comer algo, vamos a la parada de autobús rumbo al siguiente templo, también patrimonio de la humanidad, que está más alejado. El trayecto es bastante largo, una hora aproximadamente en autobús.Para llegar aquí, usamos el pase Wide de autobús.

Y llegamos al Templo Horyuji, templo patrimonio de la humanidad.

Templo Horyuji

Al terminar la visita, queríamos intentar coger el tren para no tener que esperar al autobús, pues no tiene mucha frecuencia. El caso es que conseguimos informarnos con el poco inglés que sabía la gente, y llegamos a la estación de la empresa Kintetsu en lugar de a la JR. Pero bueno, decidimos pagar el trayecto que era muy poco por persona y acelerar la vuelta.

Nuestra siguiente parada sería el Templo Toshodaiji.

Y, desde allí, quisimos llegar a ver el Templo Yakushiji, pero no conseguimos llegar antes de la hora del cierre, así que nos tuvimos que conformar con verlo por fuera. Lo más característica de este templo, es su pagoda de tres alturas, aunque en realidad parecen seis.

Con esto dábamos por terminada la visita a Nara. Volvíamos en autobús a la estación JR Nara y de ahí a Kyoto.


Antes de volver al hotel, compraríamos otros pases de día de autobús para el día siguiente.

Miércoles 7 de octubre: Hoy seguiríamos visitanto Kyoto. Desde el hotel tomamos un autobús que nos subía por Omiya hasta Omiya Gojo. Y allí tomamos el autobús número 32.
Y en él hasta la parada final de la línea en Ginkakuki-michi donde estamos a las puertas del Templo Plateado o Ginkakuji.

Templo Plateado

En este templo destacan los trabajos que hacen con la arena así como las vistas de Kyoto. Tras la visita, al salir veremos indicaciones para ir a pie por el Camino de la Filosofía que discurre al lado de un arroyo y durante el trayecto veremos indicaciones de los templos que vamos atravesando. Nuestra primera parada en el camino fue para visitar el Templo Honen-in.Un bonito y tranquilo templo.

Camino de la Filosofía

La siguiente parada sería para ver el Santuario Otoyo. Pequeño pero bonito.

Seguimos el paseo hasta el Templo Eikando. Este templo fue la gran sorpresa del día. Es absolutamente recomendable. Muy apecible recorrer sus estructuras de madera en varias alturas. Y muy bonitas vistas
Templo Eikando

Templo Eikando

El Camino de la Filosífa termina al llegar al Templo Nanzenji. Este templo comprende varias partes, todas de pago: 

Sanmon Gate: la entrada te permite subir a la parte superior de la puerta de entrada al templo.
Sanmon Gate
Templo Tenjuan. Tiene un pequeño pero bonito jardín zen.

Hojo: Famoso por su jardín de piedras.


Nanzenin: Uno de los subtemplos que se pueden visitar. Justo detrás de un acueducto.

Templo Nanzenin

Una vez visitado, nos dirigimos a una parada de autobús de la línea 5 Nanzenji Eikando-michi y nos bajamos en la parada Kaikan Bijutsukan-mae. Allí se encuentra el gran Torii rojo (enorme). Allí, visitamos el Templo Heian Jingu. La visita al templo es gratuita y, muy recomendable. Además, puedes pagar por entrar a los jardínes. Lo cuál es recomendable, pues es un agradable paseo.
Templo Heian Jinju

Jardínes del Templo Heian Jinju

Tras la visita, y ya con mucha hambre nos dirigimos dando un paseo hacia el Parque Imperial, y nos metemos en un restaurante a comer algo. A la salida, aunque ya era de noche, decidimos dar una vuelta por el parque. No merece mucho la pena, porque la iluminación es bastante escasa, por lo que decidimos dar el día por terminado y volver al hotel.

Jueves 8 de octubre: Excursión a Koyasan. Para llegar hasta allí, hay que ir primero a Shinimamiya, lo cual está cubierto por la JR. Nada más salir del torno de la JR se compra el ticket para los medios de locomoción de la compañía Nankai Koya Line (Koyasan World Heritage Ticket), que son los que te llevan hasta Koyasan.

El primer trayecto en esta línea es hasta la parada de Gokurakubashi y, desde allí, hay que tomar el teleférico que sube por la montaña hasta Koyasan. El trayecto dura unos cinco minutos. Desde la estación superior es un paseo en autobús de diez minutos hasta el centro de la ciudad. No está permitido caminar por la calle que conecta la estación de teleférico con el centro de la ciudad. El ticket que se compra en la estación de Shinimamiya cubre todos los trayectos de Nankai Koya Line.

En Koyasan hay mucho y muchas formas de verse. Nuestro itinerario fue el siguiente: Tomamos el autobús hasta la parada Okunoin-guchi. Desde al, seguimos el sendero que lleva hasta el Kobo Daishi Mausoleum. El paseo se hace a través del cementerio más grande de Japón, donde se encuentran numerosas personalidades. 
Cementerio de Koyasán

Al llegar al mausóleo se encuentra el puente Minyo-no-hashi, y a su derecha se encuentra una fila de estatuas, a los que se les arroja agua del río. Una vez pasado el puente ya no se pueden hacer fotos. Dentro del mausóleo destaca la Torodo, donde miles de linternas están iluminadas.
Estatuas
Tras el mausóleo salimos en dirección a la parada de autobús Okunion-mae. De ahí, nos vamos hasta la parada Senju-in-bashinishi.

Al llegar allí, visitamos el Templo Kongobuji. Destaca el Jardín de piedras Banryutei, el jardín más grande de todo Japón. Las rocas representan un par de dragones que salen de un mar de nubes. Con el precio de la entrada te obsequian con un té y una pasta en el salón de té.
Templo Kongobuji
Muy cerca de este templo se encuentra el Danjo-Garan. El interior de la pagoda es impresionante. Además tuvimos la suerte de presenciar los rezos de unos monjes budistas mientras visitábamos el templo. Todo un espectáculo verles rezar al unísono.

Monjes budistas rezando en Danjo-Garan
Tras visitar el templo, volvemos a tomar el autobús y nos dirigimos a ver la puerta Daimon. Y de ahí, dando un paseo llegamos al Museo Reihokan. Es un museo pequeño pero interesante. Al salir decidimos buscar donde comer. A pesar de lo turístico del sitio, los precios son bastante aceptables.

Tras comer, nos encaminamos al Mausoleo de la Familia Tokugawa, nuestra última visita del día.

Mausóleo Familia Tokugawa

Con esto, tocaba volver a coger todos los medios de transporte: autobús, telérico, tren Nankai y tren JR para volver a Kyoto.

Viernes 9 de octubre: Nuestro último día en Kyoto. Nuestra primera parada sería el Templo Toji. Para llegar, tomamos en el cruce del hotel el bus 207 dirección sur por Omiya. Destaca por su pagoda y por su historia.
Templo Toji

Nuestra siguiente parada sería Sanjusangendo. Desde Toji hasta Sanjusangendo hay que tomar el bus 202 o el 208 dirección este para llegar al templo. Este templo es el edificio de madera más grande de Japón. Impresiona por fuera, pero sobre todo por dentro, con sus 1001 estatuas de Kanon y estatuas de 28 deidades budistas, de las cuales puedes leer la explicación.
Templo Sanjusangendo

En Sanjusangendo-mae volvemos a tomar el 100 hasta Kiyomizu-michi para ir a Kiyomizudera y subir una larga cuesta hasta llegar al templo. Es uno de los templos más concurridos, sus calles son un hervidero de personas, muchas de ellas con vestimenta típica. Del templo destaca sobre todo la estructura de madera que lo sostiene para salvar el desnivel.

Kiyomizudera
Desde Kiyomizudera, volvimos a la calle principal del autobús bucando donde comer. Al final dimos con un sitio de cocina Okonomiyaki, que nos encantó por lo tradicional, por la buena comida y por el buen precio.

Y, con esto nos dirigimos al último de los lugares que queríamos visitar en Kyoto, el Barrio de Gion. Decidimos empezar por lo más alejado de nuestra ubicación y era el Yasaka Jinja. Este santuario no cierra nunca.

Tras su visita, nos adentramos en uno de los barrios más auténticos de Kyoto, donde todavía se respira el aire tradicional. Empezaríamos por el Callejón Ishibe-Koji, con sus posadas y casas de té. 
Callejón Ishibe-Koji

De ahí pasamos a echar un vistazo al Templo Kodai-ji, al cuál no entramos pues era de pago y pensamos que no nos iba a aportar mucho. Muy cerca se encuentra Ryozen Kannon, una enorme figura de hormigón dedicada a los soldados japoneses caídos en la II Guerra Mundial. Hay que pagar para entrar al edificio donde se encuentra la figura en su tejado, pero se puede ver perfectamente sin necesidad de pagar.
Ryozen Kannon

De ahí nos encaminamos a las calles adoquinadas de Sannenzaka y Ninenzaka. La leyenda cuenta que un tropezón  en estas calles trae dos o tres años de mala suerte.  
Barrio de Gion, calles adoquinadas

Al llegar a la calle principal que va al templo de Kiyomizudera, pusimos rumbo a la última atracción que queríamos ver por esta zona, la Pagoda Yasaka. 

Tras dejar esta zona, vamos dando un paseo hacia el Pasadizo Pontocho. Pero una geisha nos hizo desviarnos del camino y menos mal!. Pasamos por calles muy auténticas, con casas de té. Vimos otra geisha en nuestro camino y encima pudimos ver una exposición de coches de época circulando por esas calles.

Cerca del atardecer es un buen momento para acercarse al Pasadizo Pontocho y eso hicimos. Y allí, para redondear el día, vimos una Maiko (aprendiza de Geisha).
Pasadizo Pontocho

Y esto es lo que dio de sí este día y Kyoto.

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