sábado, 14 de abril de 2018

Pisa


Sábado 14 de Abril: Hoy iniciaríamos una escapada de fin de semana a Pisa, ciudad donde mucha gente pasa sólo unas horas para ver la famosa torre pero que tiene mucho que ofrecer. Llegaríamos al aeropuerto cerca de las 12 de la mañana y dada la cercanía de la ciudad con el aeropuerto nos fuimos caminando a nuestro hotel, que se encuentra a unos 15 minutos del aeropuerto. 

El check-in no se podía hacer hasta las 3 de la tarde, por lo que dejamos las maletas y nos fuimos a dar un paseo hacia el centro. En unos 10 minutos estábamos ya disfrutando del hermoso día de primavera en la Piazza XX Settembre donde se encuentra el Ayuntamiento. Tomando el Ponte di Mezzo llegamos a la Piazza Garibaldi.  Al otro lado del puente se distingue el bonito Palazzo Gambacorti, un edificio gótico del siglo XIV. 

Piazza XX de Settembre
Este fin de semana se congregaban varias fiestas en la ciudad, y en esta zona nos encontraríamos con la primera: multitud de plantas inundaban las aceras. Dadas las horas que eran iríamos ya buscando donde comer, pero ya teníamos los deberes hechos desde casa, y habíamos buscado cervecerías con buena cerveza artesanal. Así, acabaríamos en Mediceo Paninoteca Birreria, donde nos pedimos una degustación de 5 cervezas para compartir y unas buenas hamburguesas. 

Tras comer, daríamos un paseo de vuelta al hotel, pero regresando por la comercial calle de Corso Italia, y allí nos encontraríamos con otros de los espectáculos del fin de semana: una exposición de vespas y además una exposición de pintura en vivo.

 
Corso Italia

La calle acaba en la bonita plaza de Vittorio Emanuele II. Y, por si fuera poca fiesta, había un mercadillo y una exposición de coches de época. ¿Se puede pedir más eventos en una ciudad tan pequeña? En esta plaza, hicimos una parada para degustar uno de los mejores capuchinos que he probado en mi vida. 

Vittorio Emanuele
Y antes de reanudar la marcha hacia al hotel, una pequeña parada en el mural Tuttomundo, obra de Keith Haring.
Tuttomundo
Y, ya sí nos dirigimos hacia el hotel, donde haríamos el checkin y tras organizarnos en la habitación volveríamos a visitar la ciudad.

Esta vez nos encaminamos hacia el Palazzo Blue, un curioso edificio que destaca por ser azul. Y de ahí, volveríamos al ponte di mezzo, donde nos encontraríamos con otra de las festividades del fin de semana, un grupo de personas practicando bailes escoceses.

Palazzo Blue
Desde la piazza Gariabaldi recorreríamos la ambientadísima calle de Borgo Stretto. Es una agradable calle con restaurantes, cafeterías y mucha gente en la calle. En ella destaca la Chiesa di San Michele in Borgo. Es una bonita iglesia que destaca sobre todo por su fachada. 
Chiesa di San Michele in Borgo
Finalmente, nos encaminaríamos hacia la Piazza dei Miracoli, plato fuerte de la visita a Pisa. Son varios los monumentos a visitar en esta plaza: la famosísima torre, la catedral (de la cual la torre inclinada es su campanario), y tres monumentos adicionales: Museo delle Sinopie, el Batipsterio y el Camposanto. 

Baptisterio, Catedral y Torre
Para subir a la torre hay que comprar una entrada que va vinculada a una hora de visita. Se puede comprar con antelación por Internet o una vez allí. Nosotros nos habíamos decantado por llevar ya reservado desde Madrid. La subida la tendríamos para el domingo por la tarde. 

Si se compra la entrada a cualquier monumento se puede entrar a la catedral gratuitamente. 

La entrada a los otros tres monumentos cuesta 5 euros si sólo se entra a uno, 7 euros si se visita dos y 8 euros si se quieren visitar los tres. Nosotros compramos la entrada para los tres monumentos (que visitaríamos el domingo). 

Además existen una serie de joyitas más a añadir en esta plaza: un par de esculturas cercanas a la torre (una loba capitolina y una estatua de un ángel caído) y una fuente con estatuas de ángeles.  


Ángel caído frente a la Torre
Fuente de los Ángeles con la Torre
Aprovechamos lo que nos quedaba de tarde para hacer muchísimas fotos de los exteriores, aprovechando el día tan estupendo que nos estaba haciendo. Además, que toda la plaza merece la pena ser recorrida entera. También visitamos el interior de la catedral, pero personalmente me quedo con su fachada.

Y ya cayendo la tarde, decidimos dar un paseo hacia la Torre Guelfa (o Torre de la Ciutadella). Dicha torre ha sido reconstruida fielmente pues sufrió muchos daños durante la segunda guerra mundial. 
Torre Guelfa
Desde ahí cruzaríamos el Río Arno y pasearíamos este lado del río hasta llegar a la bonita y pequeña Iglesia de Santa Maria della Spina. Merece mucho la pena esta pequeña iglesia (su fachada, pues el interior no pudimos verlo pues estaba cerrada).
Santa Maria della Spina
Y ya empezaba a ser hora de buscar sitio para cenar, echando mano otra vez de Internet dimos con un pequeño local de comida casera y tipo buffet.

Y, antes de cerrar el día, nos paramos en una pequeña tienda para conseguir algo de avituallamiento: fruta y yogures, que nos servirían para el postre y para desayunar mañana.

Ya tocaba volver al hotel a darse una buena ducha y a descansar para el día siguiente.

Domingo 15 de Abril: Tras un desayuno en el hotel con las compras del día anterior, nos fuimos dando un paseo largo con destino final la Piazza dei Miracoli, pero dando un rodeo para hacer alguna visita. Nuestra primera parada del día sería en la Fortezza di Pisa y en los pequeños jardines de Giardino Scotto
Fortezza di Pisa
Tras esta pequeña parada, seguiríamos hacia el Ponte dela Fortezza, donde se tiene una bonita vista de la ciudad. 
Pisa
Y desde allí, tomaríamos el camino hacia la muralla que pensábamos se podía subir pero sólo se permitía en el día de ayer y llegamos ya cuando estaba cerrada (cerraba a las 17). En mayo volverá a abrir. Por lo que tuvimos que contentarnos con recorrerla a nivel de suelo.

Antes de llegar finalmente a la famosa plaza, haríamos una incursión en la Iglesia de Santa Caterina.

Y, finalmente, llegaríamos al plato fuerte y del que ya tuvimos un aperitivo en el día anterior. Nuestra primera parada sería en el Museo delle Sinopie. Allí se pueden ver los bocetos del interior del Camposanto y también escuchar una locución en inglés al final de la sala o en italiano junto a la entrada. Ambas se pueden escuchar sin necesidad de pagar la entrada. Nosotros escuchamos la locución en inglés donde se cuenta todo lo que se ha intentado, con mayor o menor éxito, a lo largo de los años, para intentar evitar que la torre se termine de caer e intentar corregir su inclinación.
Museo delle Sinopie
Tras esta visita, iríamos al interior del Baptisterio. No es especialmente espectacular y se puede subir a un segundopiso desde donde se tiene una bonita vista de la Catedral.
Catedral vista desde el Baptisterio
 
Interior del Baptisterio

Y, la última visita de los tres monumentos que compramos el día anterior sería la que más nos gustó, el Camposanto. Y, eso a pesar de tener su estrella, el fresco del Triunfo de la Muerte en restauración y no poderse visitar. Sin embargo, el poder apreciar el fresco del Juicio Final, ya por sí solo merece la visita. Es un fresco con muchos detalles a apreciar y que no te dejarán indiferente.
Juicio Final en el Camposanto
Además de estos famosos frescos existen multitud a lo largo del Camposanto, así como varias lápidas funerarias espectaculares y un bonito patio interior.
Patio interior del Camposanto
Camposanto
De las tres visitas, si hubiera que quedarse con una sin duda ninguna sería el Camposanto.

Tras estas tres visitas, buscaríamos un sitio donde comer y paseando y buscando por Internet, llegamos a una pizzería llamada Zero Zero, donde comimos unas deliciosas pizzas a muy buen precio.

Tras la comida, nos encaminamos a una de las plazas más bonitas de Pisa, la Piazza dei Cavalieri. En esta plaza son varios los edificios que nos llamaron la atención. Sin lugar a dudas el más impresionante es el Palazzo della Carovana, con una espectacular fachada. Pegado al palacio se encuentra la Iglesia de Santo Stefano dei Cavalieri. Enfrente se encuentra el Palacio del Reloj.
Palazzo della Carovana
Palacio del Reloj
Tras las oportunas fotos, y como todavía nos quedaba tiempo hasta la hora de subida a la torre de Pisa, decidimos ir a tomar un helado y así aprovechar y recorrer alguna zona de la ciudad que aún no habíamos visitado. Fuimos a la Piazza Martiri della Libertá, donde compramos un helado y nos lo tomamos sentados en el parque (y cómo no, había un mercadillo).

Y, como seguíamos teniendo tiempo, nos fuimos a tomar un café a la calle Borgo Stretto (que no es nada cara). 

Finalmente ya se acercaba la hora de la subida a la torre y nos encaminamos a la zona de consigna (no se puede subir con mochilas ni bolsos) y tras dejar nuestras cosas nos pusimos en la cola de subida.

A la hora en punto, empezamos la ascensión. Lo primero que impacta es al entrar, donde tu sentido del equilibrio se ve descolocado, impresiona notar el desnivel. Nada más entrar, hay una pequeña sala (que visitaríamos al final) y nos pusimos manos a la obra a subir escalones. Durante la subida se nota claramente como en una de las zonas de las torre te vas a la derecha y en la opuesta te vas a la izquierda. También llama mucho la atención notar el desgaste de los escalones.
Escalones de la Torre
Vistas desde la Torre
Vistas desde la Torre
El ascenso se hace en dos partes, y en ambas puedes sacar buenas fotos panorámicas. También puedes disfrutar (o sufrir) las campanas que repican bastante a menudo.

La subida merece la pena por la curiosidad de la experiencia y por las vistas que se tienen desde arriba.

Unos 40 minutos tras la entrada a la torre ya saldríamos de ella, encantados con la experiencia.

Considerando que ya habíamos sacado bastante jugo a la ciudad, nos dispondríamos a visitar otro de los locales cerveceros que habíamos buscado. Y fue todo un acierto, tanto por la cerveza como por el trato. También aprovechamos para cenar en el local. Se trata de Orzo Bruno. Si te gusta la cerveza, es recomendable pues son sus propios cerveceros.

Y con todo este buen sabor de boca, volveríamos a comprar algo de fruta y yogur para postre y desayuno. Ya tocaba volver al hotel a hacer las maletas y descansar.

Lunes 16 de Abril: Tras un buen madrugón pues el vuelo salía antes de las 7 de la mañana, llegamos andando al aeropuerto y tras hacer todos los trámites y salir el vuelo super puntual, llegamos a Madrid 25 minutos antes de lo previsto. Buen sabor de boca nos dejó este viaje y con ganas de volver por Italia, que la teníamos últimamente un poco olvidada.

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